Año: 7, Mayo 1965 No. 101

RUSIA INVENTA EL CAPITALISMO

Por JOAQUIN REIG

La realidad histórica ha venido a confirmar plenamente las tesis de aquellos investigadores que desde hace tiempo vienen advirtiendo a todos que la socialización de los medios de producción, en cualquier circunstancia, por fuerza había de provocar desorden y caos económico, dilapidación de los siempre escasos factores productivos disponibles y consiguientemente empobrecimiento y miseria de la población en general y de sus estamentos más débiles en particular. La iniciativa privada, creadora del capital y de sus riquezas y beneficios, se va viendo, cada vez con más claridad, que no tiene sustituto.

Es precisamente en la Rusia soviética donde, después de casi medio siglo de socialismo a ultranza, se está produciendo el gran viraje. Las mentes más despiertas están efectivamente redescubriendo el capitalismo, la economía del mercado, el beneficio, la idea de lucro en una palabra, recomendando, ahora, abiertamente, el abandono de la planificación centralizada, hasta hace bien poco la panacea universal que todos los países según los rusos debían imitar.

Los dirigentes comunistas, en efecto, han intuido que es ineludible abandonar el anterior colectivismo para dotar de orden y sistema y de otro espíritu a la economía soviética y poder así elevar el nivel de vida del desgraciado pueblo ruso, que, advierten, no está dispuesto a soportar por más tiempo tantas privaciones y penalidades como hasta ahora, sin utilidad para nadie, ha padecido, Bueno, lo de sin utilidad para nadie...

Los primeros indicios de que las ideas evolucionaban entre los teóricos soviéticos aparecieron, como es sabido, hace cosa de dos años, cuando el profesor de economía de la Universidad de Kharkov, Eusei Liberman, sobresaltó a los marxistas del mundo entero con un artículo que publicó «Privada en el que, aún tímidamente, pero con toda claridad, decía que la ordenación y planificación centralizada había de abandonarse, debiendo, por el contrario, regirse la economía soviética por el sistema occidental de las pérdidas y las ganancias empresariales. Los ataques de los marxistas ortodoxos llovieron sobre Liberman. Pero las nuevas ideas impresionaron a Nikita Khrushchev, quien quiso ponerlas a prueba. Se autorizó a dos plantas fabriles, una en Moscú y otra en Gorky, para que, durante seis meses, operaran en régimen de libre empresa, buscando el máximo beneficio. Los efectos fueron impresionantes. La eficiencia económica de ambas plantas al poco tiempo, resultaba incontestablemente superior a la que las mismas tenían bajo el anterior burocratismo. La experiencia no había podido ser más elocuente y los economistas rusos empezaron a considerar seriamente que el cambio de las estructuras soviéticas no podía, no debía, aplazarse.

Alguien pensó que la caída de Khrushchev se debió, en gran parte, a estos sus coqueteos con las ideas económicas capitalistas. Lo cierto, sin embargo, es que sus sucesores, aún más que aquél, avanzan cada vez con mayor decisión por la nueva vía. Hace poco, el actual jefe de Gobierno ruso, Aleksei Kosygin, hizo constar, al presentar el presupuesto soviético de 1965, que, al cabo del año, una tercera parte de las plantas productoras de bienes de consumo operarían ya con arreglo al sistema de las pérdidas y ganancias, anunciándose poco después la creación de un «área experimental» en la ciudad de Lvov, donde, dándose un paso más no sólo las industrias de bienes de consumo, sino también las pesadas e incluso la minería, habrían de regirse en adelante por la ley de la oferta y la demanda.

La jerarquía soviética, en aplicación de «esta nueva planificación, beneficiosa tanto para el productor como para el consumidor» según afirmaba hace algunos días una agencia informativa de la URSS ha aprobado ya la acomodación a tan revolucionario sistema de cuatrocientas plantas productoras de bienes de consumo, ubicadas a todo lo ancho del país, desde Moscú y Leningrado a Minsk y Kazakhstan, mientras los correspondientes departamentos ministeriales quedaban encargados de seleccionar una lista de «establecimientos expendedores», autorizados para directamente demandar y servirse de los aludidos centros productores. Los directores de estos últimos centros, por su parte, quedaban facultados para establecer por sí mismos los planes de producción que estimaran mejores, pudiendo decidir igualmente las plantillas laborales necesarias e incluso el salario a pagar a los trabajadores, que libremente prefirieran emplear. Es más; un cierto número de empresas de primeras materias, entre las que se incluían setenta y seis fábricas de hilados y veinte tenerías, habían de dedicarse a suministrar los correspondientes factores productivos a las reconvertidas factorías de artículos de consumo.

La nueva filosofía económica no se aplica sólo a los sectores industriales; opera también en el ámbito agrario. Brezhnev, en su discurso del 6 de noviembre de 1964, recordaba cómo da producción agrícola continúa siendo insuficiente para atender las necesidades, cada día mayores, de nuestra sociedad. Es un error pensar que cabe prescindir de la capacidad productiva proveniente de las parcelas de tierra cultivadas por campesinos, trabajadores industriales y funcionarios administrativos, habida cuenta el importante volumen de los frutos recolectados. En los últimos años venia registrándose una tendencia a obstaculizar y poner serias limitaciones a estas actividades, a pesar de que las necesidades económicas aconsejaban lo contrario. Ahora las aludidas limitaciones han sido suprimidas».

En efecto, en 1956, se desató una campaña contra la existencia en manos privadas de estas parcelas: sobrantes de caminos, hondonadas ocasionales y pequeños trozos desdeñados por las explotaciones colectivas. Pretendíase acabar con cualquier vestigio de propiedad privada de la tierra. No se olvide que los aludidos lotes un 5 por 100 de la superficie cultivada rendían el 35 por 100 de la total producción agrícola y el 50 por 100 de la ganadera. En Ucrania y Estonia se ha decretado la plena libertad de estas minúsculas explotaciones agropecuarias. El 15 de noviembre de 1964, «Pravda» en destacado editorial decía: «Es hora de conceder mayor independencia a las empresas al objeto de que las propias motivaciones económicas impúlsenlas a elaborar bienes de alta calidad que colmen los deseos y apetencias de los consumidores».

Difícil es predecir, por sus repercusiones políticas, a dónde conducirán estos cambios en la URSS; desde luego, sí las autoridades soviéticas al cabo de cincuenta años repudian el control público de los medios de producción, muy pronto, el pueblo ruso pudiera disfrutar de un nivel de vida notablemente superior al de occidente, puesto que Rusia es, en riquezas naturales, el país mejor dotado del mundo. Pero, independientemente de lo que allí acontezca, el cambio de la mentalidad soviética servirá al menos para hacer pensar a toda esa intelectualidad que, indeseosa de aprender las verdades que la ciencia económica enseña, viene, desde hace un siglo empujando a las masas de occidente, hacia el negro abismo del colectivismo, régimen bajo el cual las gentes y sobre todo los más humildes pierden no sólo la libertad, sino además el pan, el hogar y la lumbre y todas las amenidades «superfluas» automóviles, televisores, desplazamientos turísticos que la economía de mercado pone, cada vez en mayor medida, a su alcance.

Tipos de interés que rigen sobre los préstamos a corto plazo en todo el mundo.

Centros monetarios Principales

Tipo (de porcentaje)

Ene. 1965 Jul. 1960 Jun. 1957

Estados Unidos

5

4

Suiza

4½-5

Holanda

4½-5½

Canadá

Japón +

6,2005

7,3

8,4

Francia*

6,35

6-6½

6,6-7

Alemania (Rep. Federal)

6¼-6½

8-8½

9

Bélgica

5¼-6¾

5-5½

Suecia

6¾-7¼

6-6½

6½-7

Italia*

6½-7½

Inglaterra

7½-8

6½-7

5¼-5½

Resto de Europa

Portugal

4

4

5-5½

Noruega

5¾-6¼

Irlanda

7

España

6½-7½

6½-7

6-6½

Austria

7-7½

Finlandia

7-8

6-7

8-8½

Dinamarca

8-9

7-8

Grecia

9-10

12

Islandia

9

n. a.

n. a.

Turquía

9-10½

7

7-9

Otros estados

Pakistán

6

n. a.

Nueva Zelandia

5½-6½

6

5

Australia

6½-7

Hong Kong

6

5½-6

India

7

5½-6½

Jamaica

7

6

Malasia

7

6

6-7**

Trinidad y Tobago

7

n. a.

n. a.

Bahamas

6

Nigeria

7

6

+ «Tipo normal», a los bancos en efectos comerciales redescontables en el Bando del Japón.

*Se realiza una cantidad considerable de préstamos al descontarse los efectos comerciales por debajo del tipo de los adelantos.

**Singapur, n. a. No se conoce.

Nota: se han dispuesto a los países en orden ascendente dentro de cada grupo.

Centros monetarios Principales

Tipo (de porcentaje)

Ene. 1965 Jul. 1960 Jun. 1957

América Hispana

Puerto Rico

5-5¼

5

Nicaragua

6

6

7

Panamá

6

6

5

Costa Rica

7

8

7

El Salvador

7

6-7

6

Venezuela

7½-8

7

6

República Dominicana

8

n. a

n. a.

Guatemala

8

6

6

Honduras

8

7

7

Ecuador

10

10

10

México

10½

10

Uruguay

11

8

Brasil

12

12

12

Colombia

12

8

6

Paraguay

12

12

n. a.

Perú

12-13

13-13½

11

Argentina

15

10

8

Chile

16

15

12-14

Bolivia

21

21

21

Los demás

Egipt

5½-6

Lebanon

4½-5

7

Liberia

6

6

6

Arabia Saudita

6

n. a.

n. a.

Unión Sudafricana

6

6

Viet Nam

6½-7

6-7

n. a.

Jordán

7

6

n. a.

Filipinas

5-7

Iraq

8-12

7-8

6-7

Israel

10

10

11

Irán

10-12

12-15

7½-8½

Tailandia

10-12

 9-12

n. a.

Tomado de la Carta Económica Mensual del FIRST NATIONAL CITY CANK de febrero 1965