Año: 7, Septiembre 1965 No. 109

N.D. Es común oír, aun en ambientes académicos criticas o refutaciones de sistemas o ideas basadas exclusivamente en el momento histórico en el que fueron presupuestas o que estuvieron en voga. Así por Ejemplo, se pretende descartar la validez del sistema monetario basado en el patrón oro con la frase «no vamos a regresar al siglo pasado».

Se pretende con esos pseudo-argumentos, que en realidad no son argumentos, probar la validez o invalidez de muchas teorías.

Si por la antigüedad debe descartarse un sistema, la idea de la democracia debería descartarse, así como también, los códigos morales basados en normas antiguas tales como los Diez mandamientos.

La aseveración de que tal o cual sistema fue utilizando en épocas anteriores, es una aseveración histórica exclusivamente No dice nada de sus méritos o deméritos. La única forma de determinar la conveniencia a la validez de cualquier teoría, es mediante razonamiento discursivo basado en la lógica, y no con argumentos irrelevantes y menos aún, con epítetos

A continuación publicamos como artículo de mucha actualidad por el profesor Dr. Ludwig von Mises relacionado con el patón oro. El Dr. von Mises es autor de muchas obras de teorías de dinero y crédito, ciclo de negocios y economía en general, así como también sobre historia y leyes.

En este momento, en que el oro se ha convertido en un tema sumamente controversial, consideramos que con el artículo que a continuación presentamos estaremos contribuyendo al análisis del problema.

Agradecemos al Dr. Von Mises y la Foundation for Economc Education su autorización para esta publicación.

EL PROBLEMA DEL ORO

Por LUDWIG VON MISES

¿Por Qué Oro?

Porque, dadas las condiciones actuales y las que se pueden anticipar hoy para el futuro, únicamente el patrón oro logra independizar el poder adquisitivo del dinero de las ambiciones y maquinaciones de dictadores, partidos políticos, y grupos de presión. El patrón oro es aquello que los liberales del siglo XIX, los campeones del gobierno representativo, derechos civiles, y prosperidad rara todos, llamaron moneda sana.

La eminencia y utilidad del patrón oro consiste en el hecho que hace que la cantidad de dinero dependa de la utilidad de extraer oro, y así, evita las grandes aventuras inflacionarias de parte de los gobiernos. El patrón oro no fracasó. Los gobiernos lo sabotearon y aún lo sabotean. Pero, ningún gobierno es tan fuerte que puedan destruir el patrón oro completamente en tanto la economía de mercado no sea totalmente suprimida mediante el establecimiento del socialismo en todas partes del mundo.

Los gobiernos creen que es culpa del patrón oro exclusivamente, que sus planes inflacionarios no sólo no produzcan el beneficio que se espera de ellos, sino que resultan condiciones que aún desde el punto de vista de los gobiernos mismos y de todas las personas, son considerados como males peores que los que supuestamente se iban a eliminar. Muchos seudo-economistas aducen que si no fuera por el patrón oro, ellos podrían hacer a toda la gente perfectamente próspera.

Examinemos las tres doctrinas que sostienen esta fábula de omnipotencia gubernamental.

El Poder del Santa Claus del Estado

El Estado es Dios, dijo Fernando Lasalle, el fundador del Movimiento Socialista Alemán. Como tal, el Estado tiene el poder de «crear» cantidades ilimitadas de dinero y hacer así a todos felices. Personas irreverentes calificaron tal política de «crear» dinero, como inflación. La terminología oficial hoy día, le llama «presupuesto deficitario».

Sea cual fuese el nombre para tratar este fenómeno, su significado es obvio. El gobierno aumenta la cantidad de dinero en circulación. Entonces, una mayor cantidad de dinero «persigue», como sostiene una ridícula pero popular manera de pensar sobre estos problemas, a una cantidad de bienes y servicios que no han aumentado. La acción del gobierno no aumentó en nada la cantidad de bienes y servicios útiles disponibles. Unicamente logra que los precios pagados por ellos, aumenten.

Si el gobierno desea subir el ingreso de algunas personas, por ejemplo empleados del gobierno, deberá confiscar mediante impuestos parte de ingresos puestos de otras personas para distribuir la cantidad obtenida entre sus empleados. Entonces los contribuyentes se ven obligados a restringir sus gastos, mientras los que han recibido el aumento de salarios están aumentando sus gastos en cantidad igual. No resulta así un aumento conspicuo en el poder adquisitivo de la unidad monetaria.

Pero si el gobierno se provee del dinero que necesita para pagar más salarios simplemente imprimiéndolos, el nuevo dinero en manos de los beneficiados con los salarios mayores constituye una demanda adicional en el mercado para bienes y servicios cuya cantidad no ha aumentado. El resultado inevitable es la general tendencia al aumento de los precios. [i]

Cualquier intento de un gobierno y las oficinas de propaganda para esconder esta concatenación de eventos es en vano. Presupuestos deficitarios significan aumento en la cantidad de dinero en circulación. Y que la terminología oficial evite llamarle inflación, no afecta los hechos.

Los gobiernos y sus jefes no tienen el poder del mítico Santa Claus. No pueden gastar más que lo que sacan del bolsillo de algunas personas.

La Falacia del «Dinero Barato»

El interés es la diferencia entre la valorización entre bienes presentes y bienes futuros. Es el descuento en la valorización de bienes futuros comparados con bienes presentes. No se puede «abolir» mientras la gente prefiera disponer de una manzana hoy en vez de una manzana dentro de un año, diez años, o cien años. El nivel de la tasa de interés originario, es el componente principal de la tasa de interés en el mercado, el cual lo determina el mercado de préstamos, refleja la diferencia en la valorización de las personas entre la presente o futura satisfacción de necesidades. La desaparición del interés, es decir un interés cero significaría que las personas no tienen el menor interés en satisfacer sus deseos presentes y que están exclusivamente interesadas en satisfacer sus deseos futuros, sus deseos de años venideros, décadas, y siglos por venir. La gente únicamente ahorraría e invertiría y nunca consumiría. Por otro lado, si la gente dejara de proveer para cl futuro aunque sea el futuro del día siguiente, la gente dejaría de ahorrar del todo y consumiría todos los bienes de capital acumulado por generaciones anteriores, y la tasa de interés se elevaría arriba de cualquier límite.

Es entonces obvio que el nivel en el mercado de la tasa de interés en última instancia no depende de los deseos, ocurrencias de los intereses pecuniarios del personal que trabaja en el aparato coercitivo y compulsivo del gobierno, llamado también, «sector público» de la economía. Pero el gobierno sí tiene el poder de empujar a la banca central y los bancos sujetos a ella hacia una política de dinero barato. Entonces los bancos están expandiendo el crédito. Ofreciendo menores intereses que los establecidos en un mercado no manipulado, ofrecen crédito adicional creado de la nada. Intencionalmente están falsificando así la estimación por parte de los hombres de negocios de las condiciones del mercado. En tanto que la disponibilidad de bienes de capital (que sólo pueden aumentar con ahorro adicional) permanece sin modificación, la ilusión de una disponibilidad más rica del capital, es creada. Las empresas son así inducidas a emprender proyectos los cuales un calculo sobrio no mal guiado por la política dinero barato, hubiese sido descartado por anti-económico. Las cantidades adicionales de dinero inundado el mercado hacen que los precios y los salarios suban. Una prosperidad artificial, una prosperidad construida totalmente sobre la ilusión del dinero barato, es desarrollada. Pero tal prosperidad no puede durar. Tarde o temprano, será evidente que los negocios se han embarcado en proyectos para cuya ejecución no son lo suficientemente ricos. En cuanto esta mala inversión es visible, la prosperidad se derrumba. La opresión que sigue no es más que la liquidación de los errores cometidos en el éxtasis de la prosperidad artificial, es el retorno al razonamiento calmado, a una conducta razonable y un raciocinio calmado de los asuntos dentro de los límites de la disponibilidad de bienes de capital. Es un proceso doloroso, pero es un proceso de convalecencia.

La expansión crediticia no es una receta para hacer feliz a la gente. Las alzas que engendra inevitablemente llevan a las debacle.

Si fuese posible sustituir por la acumulación de bienes de capital mediante el ahorro, la expansión crediticia, no existiría pobreza en el mundo. Las naciones sub-desarrolladas no se quejarían de insuficiencia de bienes de capital. Todo lo que tendrían que hacer sus gobiernos para mejorar las condiciones sería expander el crédito más y más. No hubiesen nacido estratagemas de «ayuda extranjera». Al dar ayuda al extranjero para naciones sub-desarrolladas, el gobierno americano implícitamente está reconociendo que la expansión de crédito no es un sustituto para la acumulación de capital a través del ahorro.

El Fracaso de la Legislación del Salario Mínimo y Sindicalización Obrera

El nivel de los salarios se determina mediante la valorización por parte de los consumidores del valor que el trabajo le agrega a los bienes que se ofrecen a la venta. Como la inmensa mayoría de consumidores son ellos mismos devengadores de salarios, quiere decir que la determinación de la remuneración por trabajo y servicios prestados, la efectúan la misma clase de personas que están recibiendo esos salarios y sueldos. Las gordas remuneraciones de las estrellas de cine y campeones de boxeo las hacen posible los soldadores, los barredores de calles, y las jornaleras que atienden al cine y los concursos.

El empresario que tratase de pagar a un trabajador menos del valor que agrega su trabajo al producto, sería colocado afuera del mercado de trabajo por la competencia de otros empresarios deseosos de ganar dinero. Por otro lado, ningún empresario puede pagar más para sus ayudantes que aquello que los consumidores están preparados para compensarle al comprar su producto. Si él paga salarios más altos, obtendría pérdidas y perdería su rango de hombre de negocios.

Los gobiernos al decretar salarios mínimos arriba del nivel del mercado de salarios restringen el número de hombres que pueden encontrar empleo. Están produciendo desempleo de parte de la fuerza laboral. Lo mismo sucede con lo que eufemísticamente se llama «negociación colectiva.. La única diferencia entre los dos métodos concierne al aparato que enforza el salario mínimo. El gobierno enforza sus órdenes recurriendo a los policías y a la prisión. Los sindicatos «huelgan». Ellos y sus miembros y personeros han adquirido el poder y el derecho de agresión hacia personas y propiedad, al despojar a individuos de sus medios de ganarse la vida y a cometer muchos actos que nadie puede hacer con impunidad[ii]. Nadie hoy día está en posición de desobedecer una orden sindical. El empleador no tiene otra alternativa que rendirse ante las órdenes de los sindicatos o salirse del negocio.

Pero tanto los gobiernos como los sindicatos son impotentes en contra de las leyes económicas. La violencia podrá evitar que un empleador obtenga trabajadores a los niveles de salarios que fije el mercado, pero no puede obligarlos a que empleen u todos aquellos que buscan trabajo. El resultado de la intromisión del gobierno y de los sindicatos en el nivel de salarios no puede resultar en otra cosa que el incesante aumento en el número de desempleados.

Para evitar el resultado de los sistemas bancarios manipulados por los gobiernos de todas las naciones de occidente se recurre a la inflación. Aumentando la cantidad de dinero en circulación y como consecuencia rebajando el poder adquisitivo de la unidad monetaria, de hecho rebajan los salarios exagerados a un nivel consistente con el estado del mercado. A eso se le llama hoy día política de pleno empleo Keynesiana. Es de hecho un método para perpetuar la inflación continua y una pretensión inútil de los gobiernos y los sindicatos de entrometerse en las condiciones del mercado de trabajo. En cuanto el progreso de la inflación ha ajustado el nivel de salarios al grado de evitar la extensión del desempleo, el gobierno y los sindicatos renuevan su esfuerzo para aumentar el nivel de salarios arriba del cual todo el que busca empleo lo encuentra.

La experiencia de esta época de Nuevo Trato, Justo Trato, Nuevas Fronteras, y la Gran Sociedad, confirma la tesis fundamental del liberalismo inglés del siglo XIX: Sólo existe una manera para mejorar las condiciones materiales de todos los asalariados y esta es aumentando la cuota de capital invertido per cápita. Este resultado sólo puede conseguirse mediante ahorro adicional y acumulación de capital, nunca mediante edictos de gobierno, ni violencia e intimidación sindical, ni inflación. Los enemigos del patrón oro, también están equivocados en este sentido.

Reservas de Oro de EE.UU. Encogiéndose

En muchas partes del mundo el número de personas cada vez mayor se están compenetrando que EE.UU. y la mayoría de las naciones están firmemente comprometidas a una política de inflación progresiva. Ellos han aprendido a través de la experiencia de las últimas décadas que debido a estas políticas inflacionarias que una onza de oro algún día será más cara tanto en dólares como en su propia moneda. Están alarmados y desearían evitar ser víctima de este resultado. Los americanos tienen prohibido poseer monedas de oro y lingotes de oro. Sus intentos para proteger sus haberes financieros consisten en métodos que los alemanes les llamaban durante la más espectacular inflación que conoce la historia, «Flucht in die Sachwerte». Están invirtiendo en acciones comunes y en bienes raíces, y prefieren tener deudas pagaderas en moneda de curso legal que ser acreedores de obligaciones pagaderas en las mismas.

Aún en países donde las personas son libres de comprar oro, no hay hasta el momento compras conspicuas de oro por parte de individuos o instituciones financieramente potentes. Hasta el momento cuando agencias francesas comenzaron a comprar oro, los compradores de oro eran principalmente personas de ingresos modestos ansiosos de guardar unas monedas de oro para algún momento difícil del futuro. Fueron las compras por parte de tales personas a través del mercado de oro de Londres que redujeron las reservas de oro de los Estados Unidos.

Sólo existe un método disponible para evitar una reducción mayor a las reservas de oro de EEUU. El abandono radical del gasto deficitario así como de la política «Dinero Barato»

Fuente: «The Freeman» Junio de 1965.


[i] N.D. E inclusive aumenta la demanda de productos fabricada. en el exterior, debilitando así la balanza de pagos.

[ii] ver Roscoe Pound Legal Inmunities of Labor Unions, Washington D. C. 1957, página 51.