Año: 10, Febrero 1968 No. 167

LUDWIG ERHARD

BIOGRAFÍA

LUDWIG ERHARD, quinto hijo de Guillermo Erhard y Augusta Hassold de Erhard, nació el 4 de febrero de 1897 en Fürth, Baviera. Descendía su padre de pequeños agricultores del Rhoen y su madre, de artesanos de Rothemburgo. El padre era católico y la madre, evangélica, por lo que los hijos fueron educados en la fe cristiana.

Guillermo Erhard era propietario de una tienda de textiles que aseguraba a su familia un nivel de vida bastante bueno.

Ludwig Erhard comenzó asistiendo al Colegio Real en Fürth. Tras de seis años de estudios y haber ganado los exámenes de secundaria, inició su educación mercantil en una empresa textil muy conocida en Nuremberg. Después de la muerte del primogénito de los hermanos, acaecida en la primera guerra mundial, recayó en Ludwig la dirección del negocio paterno. Sobre sus años de aprendizaje, dice:

«Aprendí a vender mercancía, distinguir precio y calidad y, sobre todo, juzgar a los hombres».

Su aprendizaje lo inició en 1913. Un año más tarde estallaba la primera guerra mundial.

Soldado de Artillería durante la Primera guerra mundial

A principios de 1916 fue llamado a filas en el 22o. Regimiento de Artillería. En julio del mismo año, ya se encontraba en el frente occidental como artillero balístico, y más tarde participó en la campaña en Rumania.

Ya casi a los últimos días de la guerra fue gravemente herido en Ipres y durante semanas luchó duramente por salvar la vida. Fue operado siete veces.

Sus estudios

A su retomo de la guerra, su padre accedió a que el hijo, necesitado de descanso físico pero provechoso, se inscribiera como oyente en la recién fundada «Escuela Superior de Ciencias Económicas y Sociales» en la vecina Nuremberg. Del papel de oyente, pasó al de estudiante. Fue el cambio decisivo en la vida de Ludwig, que en aquel entonces, contaba veintitrés años de edad. Reconociendo el talento e interés del joven estudiante, el rector de la Escuela Superior, profesor Enrique Rieger, convenció a sus padres que aceptaran el que Ludwig Erhard estudiara y obtuviera su diploma.

Aquí en la Escuela Superior en Nuremberg, se encontró con una amiga de su infancia, Luise Lotter, hija de un vecino de Fürth. Joven y viuda, pues su marido había sido víctima de la guerra, Luise estudiaba también Ciencias Económicas y Sociales. Se graduaron al mismo tiempo y recibieron juntos su diploma. El 11 de diciembre de 1923 se casaron.

El gran maestro y amigo

Prosiguió sus estudios Ludwig Erhard en la Universidad de Frankfort. Allí encontró al maestro, de quien todavía dice agradecido:

«este hombre formó decisivamente mi ser».

Dicho hombre era: Frank Oppenheimer - sociólogo, médico, economista, filósofo y genio universal y a la vez defensor del socialismo liberal. De él recibió Erhard las impresiones decisivas sobre las cuales construyera más tarde la obra de su vida: «La economía social del mercado».

Dice Erhard:

«No solamente fui alumno del Profesor Oppenheimer, sino también tuve el privilegio de ser su amigo».

La gran amistad entre profesor y alumno explica la manera poco convencional como Erhard hizo su doctorado. Encontrándose de vacaciones, Oppenheimer en El Engadina (Suiza) invitó a Erhard a Celerina. Durante una excursión en los alpes examinó al candidato. Sobre la cumbre del Piz Corratch (2,458 m), el profesor le estrechó la mano, diciéndole: «Le felicito por poder otorgarle el más alto grado académico». El profesor Oppenheimer emigró a los Estados Unidos y murió en Los Angeles en 1943. Su retrato adorna una de las paredes del estudio de Erhard.

Los primeros pasos en la profesión - científico y político

El recién graduado doctor RER.POL y joven marido hubo de buscar trabajo y nuevamente conoció a un hombre que enriqueció su vida.

A finales del año 28 y principios del 29, solicitó trabajo al profesor Guillermo Vershofen, director del Instituto para observación Económica en Nuremberg, quien lo empleó como colaborador científico, a un sueldo mensual de 150 marcos. Pocos años más tarde era director interino del Instituto que empleaba a más de ochenta personas.

En aquel entonces, pensaba ingresar al cuerpo docente en su antigua Escuela Superior en Nuremberg. Pero sus intereses le plantearon la siguiente alternativa: científico o político.

Fue el profesor Vershofen quien, al discutir unas publicaciones hechas por Erhard, dijo a éste: «Esto está magnifico; usted puede llegar a ser científico, pero para lo que nació, es para político».

Sin embargo, el tiempo para poder dedicarse a la política fue corto. Corría el año 1933 y ya se perfilaba la tragedia:

La pesadilla se desata

En una sola frase, resume Ludwig Erhard, la toma del poder de Hitler:

«Se desató la pesadilla».

Pensativo, preocupado y repugnándole la política nacional-socialista, trabajaba entonces el joven científico en el Instituto de Observaciones Económicas en Nuremberg. Concentrado por completo en su trabajo, procuraba relacionarse únicamente con colegas y amigos de igual criterio que él, por supuesto, con su propia familia.

Participaba en discusiones, escribía artículos y e especializó en análisis de mercado. Crecía su prestigio en círculos de especialistas y de economía privada. En aquellos años, su familia era su mayor consuelo. Nada empañaba la felicidad entre sus cuatro paredes. Tenía dos hijas, Lore, hija del primer matrimonio de Luise Erhard, y Elizabeth.

Pero en la calle aumentaba la presión de los potentados nacional-socialistas. Durante los años de guerra, ésta se acrecentó hasta llegar al terror. En 1942, el alcalde nazi de Nuremberg exigió a Ludwig Erhard inscribirse, al menos, en el FRENTE DEL TRABAJADOR ALEMÁN. La negativa de Erhard significó el fin de su trabajo en el Instituto. Círculos industriales le facilitaron recursos para fundar un pequeño Instituto Privado. Allí Erhard podía seguir con sus investigaciones industriales y a la vez elaborar análisis de mercado.

Memorándum para Goerdeler

Hacía ya tiempo que el científico en Ciencias Económicas había entrado en contacto con adversarios de Hitler y grupos de la resistencia, principalmente con el Dr. Karl Goerdeler, ex-alcalde de Leipzig y director intelectual del movimiento civil de resistencia.

Poco antes de la detención de Goerdeler, Erhard le había enviado un voluminoso memorándum referente a la:

«reconstrucción económica y financiera después del Derrocamiento».

El memorándum ya había sido enviado cuando Erhard se enteró por la radio que ofrecían una recompensa por la detención de Goerdeler. Traicionado éste, fue detenido y ejecutado. Mediante un testamento político - que no llegó a manos de Hitler - dejó fijado su pensamiento sobre la reconstrucción de Alemania. En él se leía: «Dr. Erhard, del Instituto de Investigaciones de la Industria Alemana, ha escrito un excelente trabajo sobre la reconstrucción económica. Él os aconsejará bien».

A finales de abril de 1945, el Tercer Reich se hundía entre sangre y ruinas.

A propósito, dijo Erhard:

«El satírico aborto de inmundicia y fuego finalmente se desplomó. La herencia fue terrible: un caos total y una Alemania sin honor».

El camino a la política

Al ocupar los americanos Fürth, cayó en sus manos una copia del memorándum que Erhard había compuesto para Goerdeler. Decidieron que un hombre de tantas ideas bien podía serles útil.

Ludwig Erhard se trasladó a Munich como Ministro de Economía de Baviera. Así comenzó la carrera que pronto hizo del desconocido científico particular, un político de renombre mundial. En aquella obscura era de hundimiento total y caos económico, Ludwig Erhard subió al escenario político.

Alto y delgado, como todos los alemanes de la postguerra, rebosaba de energía.

Dice Erhard:

«Con más voluntad que posibilidades organicé en Munich en 1946, la primera Feria de Exportación. Con ella quería demostrar mi fe en el futuro. El mayor éxito lo obtuvieron las bicicletas».

Poco después perdió el puesto de Ministro por haber mencionado que no creía en una política económica propia de Baviera. Además, no pertenecía entonces a ningún partido político. Por lo tanto, después de la primera elección de la dieta, se separó del gobierno bávaro.

Dice Erhard:

«Mi recién empezada carrera política parecía haber terminado».

Poco después, la Universidad de Munich lo declaró profesor ad honorem.

El día decisivo

A mediados de 1947, Erhard es nombrado Director del Comité Extraordinario «Fondo y Crédito» de la Administración de las Dos Zonas, situada en Bad Homburg, futuro lugar de nacimiento de la reforma monetaria. Medio año después pasa a ser director de la «Administración Económica del Territorio de Economía Unido». El día 20 de junio de 1948 fue el día histórico: Aquel domingo, día de la reforma monetaria, decidió el Director Económico, Erhard:

«A partir de ahora, la única estampilla de racionamiento es el marco alemán».

El Gobierno Militar de los Aliados en Alemania lo citó para preguntarle: «¿Cómo se atrevía a cambiar sus disposiciones económicas por encima de sus cabezas?».

Erhard respondió secamente: «Caballeros, no alteré el racionamiento. Lo levanté».

Fue significativo que el General Clay defendiera a Erhard en dichos momentos. Ludwig Erhard había previsto la gran acción contra la burocracia militar no sin malicia para un domingo. Socarronamente reconoció más tarde: «En domingo ninguna burocracia es operante». Desde aquel tiempo, una buena amistad une a Erhard y Clay.

Erhard juzga el 20 de junio de 1948, día del nacimiento de la economía social del mercado, de la siguiente forma:

«Fue el día más decisivo de mi vida. Fue un gran cambio. Por primera vez me atreví a poner mis ideas teóricas en práctica.

El escenario cambió repentinamente. Los escaparates se llenaron, la oferta de mercancía se multiplicó, y valió la pena empezar nuevamente a trabajar.

LA RECETA DE ERHARD: «La economía debe funcionar libremente dentro del orden político y las obligaciones sociales sin intervención dirigista de ninguna clase».

Dice Erhard:

«Los derechos elementales e intangibles para cada súbdito son la libertad de consumo y la libertad de actuación comercial». Lógicamente la democracia y libre economía van juntas.

Su concepto sobre la economía social de mercado se basa en tres fundamentos principales:

1.-- La mayor libertad posible en la competencia.

2.--Regulación estatal para mantener la competencia, evitando que el capital monopolista absorba sin miramientos a las empresas medianas y pequeñas o convenga en una fijación de precios.

3.--- Eficiencia económica como base material para una sana política social estatal.

Esta moderna concepción de orden económico y social logra una mayor capacidad de producción con mayor elasticidad de adaptación a alteraciones en el mercado mundial. Además, da lugar a que la producción y economía no sean en sí un fin propio, sino sirvan al bienestar del pueblo.

Asaltado por todos lados

Es cierto que al principio los precios siguieron altos, pues existía una gran necesidad de recuperación ante cierta escasez de oferta que, sin embargo, pronto se multiplicó.

En esta situación subieron al escenario sus adversarios en política interna, especialmente los Demócratas Sociales. No querían deshacerse de la actual economía coercitiva. El experto en economía de la SPD, Profesor Noelting, tachó a Erhard de «charlatán y jugador».

Como Erhard no se diera por aludido, extremaron sus medidas. El 12 de septiembre de 1948 los sindicatos llamaron a una huelga general. El gran ascendiente que había alcanzado Erhard parecía a punto de ser aplastado por la cantidad de sus adversarios.

Acordándose de la situación, Erhard dice:

«La segunda mitad del año 1948 fue una de las más dramáticas de la historia económica de Alemania».

Pero Erhard siguió impertérrito la meta impuesta. Sabía que los precios bajarían. Y los precios bajaron. Había logrado imponer su idea, pero durante mucho tiempo siguió siendo persona muy discutida.

El dirigente de la SPD, Kurt Schumacher, tildó a la economía social de mercado propuesta por Erhard como: «un inmenso globo de propaganda empresarial, lleno de los gases de escape de un liberalismo en estado de descomposición».

A Bonn

El 21 de febrero de 1949 los directivos de la CDU se reunieren en Königswinter. Konrad Adenauer había invitado expresamente a Ludwig Erhard, aunque éste todavía no pertenecía al partido. Erhard habló durante tres horas. Con su teoría, quería convencer hasta al último critico en las filas de la CDU. El resultado: La CDU aceptó su programa de economía social del mercado, la que le trajo la victoria en la primera elección del Bundestag Alemán. Así llegó a las filas de la CDU. En 1962 comentó: «Aun habiendo servido durante doce años a la CDU en último extremo, no he sido elegido por ningún partido, sino sucedió que en una hora decisiva me uní a un partido y juntos hicimos la lucha». El 14 de agosto de 1949 el distrito electoral Ulm-Heidenheim eligió a Erhard como diputado al Bundestag Alemán. El 20 de septiembre, el Presidente de la República lo nombró Ministro de Economía en el primer gabinete del Dr. Adenauer.

No existen milagros

La reforma monetaria y económica fue la explosión inicial. El Plan Marshall alentó el desarrollo. La recuperación de Alemania Occidental creció a un ritmo acelerado, asombrando a todo el mundo.

Como es natural, también hubo fases críticas. En el año 1950, al estallar la Guerra en Corea, muchos políticos temieron una extensión del conflicto y aconsejaron al canciller alemán, Dr. Adenauer, el retorno hacía el control estatal de la economía mediante racionamiento. En el Bundestag se realizaron grandes debates. En Bonn ya se hablaba de un posible sustituto de Erhard. Nuevamente estaban amenazados los principios programáticos de la reconstrucción y recuperación. Mientras seguían las dramáticas luchas oratorias en el Bundestag Alemán y las divergencias con el Gobierno, Erhard mantuvo una posición resuelta y firme a favor de la única consideración política acertada.

Si la Guerra de Corea se convirtiera en tercera guerra mundial, el caos sucesivo tampoco hubiera permitido asegurar la alimentación del pueblo mediante racionamiento. Por otro lado, en caso de que la Guerra de Corea fuera conflicto limitado, el establecimiento previsor de un control económico sería difícil de levantar más adelante. El gran empuje, una vez detenido, no se hubiera podido volver a poner en marcha, contando con la resistencia abierta del socialismo. Además, Erhard no creyó en la extensión de la Guerra de Corea.

En estos meses, el futuro del pueblo dependió de la firmeza de un solo hombre que sabia juzgar correctamente la situación.

Triunfaron los que mejores nervios tenían y la crisis de Corea, la más grande desde la 2a. Guerra Mundial, pasó. La economía se normalizó. La reconstrucción de Alemania siguió adelante sin interrupción y fue admitida por las demás naciones dirigentes en industria y comercio.

Por segunda vez en pocos años, determinó Erhard el camino correcto de la política alemana. Adenauer construyó su política exterior sobre estos éxitos. El agradecimiento del pueblo fue que mostrara creciente confianza al «HOMBRE DE LAS HORAS DIFÍCILES». Erhard jamás aceptó el calificativo del «milagro alemán». «No existen milagros», dijo ya durante las primeras fases del asombroso y admirado auge de la República Federal de Alemania. «...lo que parecen milagros son los resultados de una política consecuente y los esfuerzos de un pueblo entero».

Esta política económica facilitó la instauración de una ayuda social para los retirados, los perjudicados y empleados de la 2a. Guerra Mundial que en el mundo entero no tiene igual.

Y los electores siguieron exigiendo la continuación de dicha política. El éxito de la CDU/CSU en 1953 fue convincente. Cuatro años más tarde, en otoño de 1957, el partido consiguió la mayoría absoluta. Después de la victoria, el Ministro de Economía, Ludwig Erhard, fue nombrado vice-canciller.

10º . Aniversario del marco alemán

El 20 de junio de 1958 el marco alemán cumplió 10 años. ¡Cuánto tiempo había pasado desde la reforma monetaria del año 1948! Adenauer y Erhard se acuerdan de aquellos tiempos.

El canciller alemán, Adenauer, dijo: «Si no hubiéramos tenido a Erhard con su instinto infalible, su optimismo invencible que con el don de Dios sabía transmitir a otros, no habría sido posible alcanzar aquel éxito económico en tan poco tiempo».

Candidato a canciller del partido CDU/CSU

El 23 de abril de 1963 la CDU/CSU proclamó a Ludwig Erhard sucesor de Adenauer. Con 159 contra 47 votos y 19 abstenciones, la fracción CDU/CSU del Bundestag Alemán propuso a Erhard como su candidato a canciller. Adenauer y Erhard se estrecharon las manos y el primero dijo a sus amigos del partido: «Como la votación terminó con tan gran mayoría, estamos todos obligados a atenernos a ella. No existe ninguna inconveniencia por mi parte, que yo, Sr. Erhard, le ayude con todas mis fuerzas y le ofrezca mi apoyo y asesoramiento para el bien de todo el pueblo alemán». Ludwig Erhard le contestó: «Procuraré aumentar la herencia de Konrad Adenauer gracias a su asesoramiento y con la ayuda de Dios».

La 2a. era Erhard

Ludwig Erhard llegó a canciller alemán, primero, por la decisión de la CDU y CSU y más tarde, por la victoria en las quintas elecciones del Bundestag Alemán en septiembre de 1965, y por voluntad declarada del pueblo alemán. Por primera vez en la historia de Alemania confía el pueblo su destino político a un científico. Desde entonces y como antes se discutió mucho sobre la autoridad y popularidad de Ludwig Erhard. Ludwig Erhard es un estadista diferente en muchos sentidos de los jefes de gobierno de otros países, sin ninguna inclinación hacia la política. Su única política era: «una sin intrigas ni manejos tras el telón».

Su teoría era ganar a su interlocutor alemán o extranjero con argumentos positivos, presentados abiertamente, sin poner al otro bajo presión, y sin necesidad de encontrar nuevas pruebas de demostración de que el Canciller sí trabajaba de día y de noche. Durante una visita de Erhard a los Estados Unidos, el presidente Johnson confesó espontáneamente: «Me agrada todo lo de él».

Igual resultado tuvieron las conversaciones entre Erhard y el Primer Ministro inglés en 1966. Se aclararon problemas muy delicados con absoluta sinceridad.

¿Tuvo o no tuvo razón Erhard con su política sin doble fondo? «Es un buen científico, pero nacido para ser político», lo juzgó su eminente profesor, Vershofen. «Es un político que no aspira al poder por el poder mismo».

Representantes patronales y obreros temían presentarse en reuniones ante el Ministro de Economía Erhard, en las que se discutía el ir a la huelga. Estas conferencias no las abría Erhard con dominadoras palabras contra la peligrosa decisión, sino con la simple declaración: «De este cuarto no saldrán hasta que se hayan entendido sin ir a la huelga».

De donde, pues, provienen este poder, esta autoridad y esta popularidad del canciller Erhard.

«Es un don el saber esperar con más paciencia que otros el momento de actuar y no sólo actuar para que suceda algo».

«Las democracias nunca han sido preservadas de la decadencia por organizaciones poderosas. Las democracias sólo pueden sobrevivir y sólo sobrevivirán mientras sean mantenidas por hombres que conocen el valor y las ventajas de la libertad. Cuando se ven amenazadas, lo único que puede sostenerlas es el coraje personal o, si lo prefieren, el coraje cívico de sus ciudadanos. Éstas no son precisamente las cualidades que se fomentan en un Estado colectivista». ERHARD