Año: 17, Agosto 1975 No. 347

Economía Negra

Manuel F. Ayau

A su regreso de un viaje a Argentina, me preguntaba un amigo cómo era posible que los argentinos no estuvieran muertos de hambre, puesto que la política económica de su gobierno estorbaba, obstaculizaba, interfería y distorsionaba casi en su totalidad el proceso productivo y distributivo de la economía de aquel desdichado país, otrora ejemplo de prosperidad y orden.

Es sabido que en Rusia, ejemplo de control estatal de las actividades del pobre ciudadano, comen porque el mercado negro de alimentos funciona. El grado de corrupción es muy grande. Me refiero a la corrupción dentro del sistema, así como a la del sistema mismo. El fraude ideológico es ejemplo de ingeniosidad, tanto en su sistema productivo interno como de comercio exterior. En 1966, según las estadísticas del mismo gobierno, las parcelas privadas (capitalis­tas) que constituyen apenas un 3% del terreno cultivado de la nación aportaron el 30% de la producción bruta soviética de alimentos, sin contar los granos; el 60% de de la producción de patatas, el 40% de las legumbres y leche, el 68% de todos los productos de carne. El gobierno tolera todo ello, pese a que es capitalista o libre, so pena de que se mueran de hambre.

El hombre siempre ha demostrado poseer increíble ingenio para adaptarse a desgracias tales como los terremotos, las guerras y otros cambios violentos en el mundo. Los ejemplos de cómo evadir controles de precios podrían llenar una simpática biblioteca. En la medida que hay controles contrarios a la naturaleza humana, en esa medida se perfeccionan los métodos para evadirlos, y se llega a establecer un sistema económico paralelo al oficial controlado, así como funciona un mercado negro de divisas o de pan cuando se controla su mercado. Cuando toda la economía funciona así, a base de mercados «negros», le corresponde el nombre de Economía Negra.

En un sistema regimentado, la corrupción administrativa es consecuencia de la necesidad de funcionar y del instinto de conservación. Los controles estatales proporcionan la oportunidad para extorsionar la necesidad del pueblo, pues los controles los ejerce discrecionalmente el burócrata y su decisión afecta en forma importante y directa el bienestar y patrimonio de cada persona, comerciante, productor o consumidor. Se crea así la oportunidad de lucrar con el soborno, la mentira, el fraude, la extorsión y todo lo que ello conlleva, lo cual se convierte en el precio que hay que pagar para sobrevivir. El burócrata, por un precio, coadyuva al mejor funcionamiento de la Economía Negra y la explota hasta el límite que es factible llegar, sin poner en peligro su propia posición y la del sujeto de la extorsión.

La corrupción se convierte así en la salvación, pues el sistema de economía dirigida sin corrupción induciría a la paralización de la economía, a la atomización de las empresas al grado de no poder aprovechar ni la división del trabajo, ni la «producción en masa» que es propia de empresas grandes y conspicuas, débiles políticamente y, por tanto, fácil presa del sistema controlado. Pero la extorsión necesita sujeto, y por tanto, no se pueden eliminar esas empresas. Se les explota al máximo pero se evita su extinción. Eso sí, difícilmente se formarán empresas nuevas que puedan ser candidatas a sujetos de extorsión. También ocurre que algunas empresas, por equivocación de los extorsionistas, desaparecen y ello contribuye a la atomización de la producción económica. El grado de prosperidad bajo un régimen de Economía Negra depende de la ineficiencia del control estatal y de la fluidez de la corrupción.

Pero, como diría Galileo, los gobiernos, sin embargo, se mueven y, por tanto, necesitan impuestos.

¿Cómo cobra impuestos un gobierno para cubrir sus gastos bajo este régimen de Economía Negra?

Hay un método recomendado por Lord Keynes y Raúl Prebisch, quienes, probablemente sin quererlo, serán recordados en la historia como principales promotores del sistema económico del futuro. Los gobiernos decretan el monopolio estatal del dinero. Prohiben todos los sustitutos habidos por haber (el oro, las divisas, etc.). Lue go echan a andar su maquinita de imprimir dinero (o crédito al gobierno). Esto transfiere poder adquisitivo de los poseedores de saldos en caja e ingresos futuros (todo el pueblo) al gobierno. Es así como le pone un impuesto a todos sin que nadie se dé cuenta. El sistema se llama inflación.

Este sistema impositivo es el propio del sistema de Economía Negra, pues como en él todo es deshonesto, la evasión impositiva sería tan grande que el ingreso fiscal sería insuficiente.

Surgen y existen bajo este sistema, dos códigos coexistentes: la inmoralidad en todo lo que concierne a las relaciones ciudadano-gobierno, y la vigencia clandestina de las normas morales en las relaciones interciudadanas, vigencia que involucra secretividad, cumplimiento de contratos verbales, respeto a la propiedad privada, y castigo severo y privado al chismoso. De lo contrario, no podría existir la Economía Negra y se morirían de hambre en la Argentina.

Y, mi estimado Federico, ese es el sistema del futuro próximo. Prepárate.