Año: 20, Noviembre 1978 No. 426

ENTENDIENDO LA INFLACION

Hilary Arathoon

Inflación es sinónimo de hinchazón y significa algo que se crece, que se hincha, que se abulta o que se infla.

Según el diccionario, inflación es el desequilibrio económico, caracterizado por la escalada general de precios. No por la escalada de tales o cuales precios en lo particular, sino por la escalada general.

Para comprenderlo, hay que empezar explicando por qué hay desequilibrio.

El equilibrio económico existe cuando la oferta y la demanda se armonizan. Cuando no hay alzas, ni bajas de consideración y las que existen son las que usualmente ocurren debido a cambios de estación o fluctuaciones de clima. En tal o cual época del año, un producto se escasea y por lo tanto se encarece. O por el contrario, la demanda decrece, por lo que el producto abunda y se tiene que realizar a menor precio.

¿Qué es un precio?

El precio se define como la relación existente entre una unidad monetaria y una unidad de un producto cualquiera.

¿Cómo se determinan los precios?

Los precios, así como los salarios, se determinan a través del libre juego de la oferta y la demanda. La oferta por lo general busca ajustarse a la demanda, ya que los productores o proveedores lo que tratan es de satisfacer la demanda.Mientras la oferta y la demanda están equilibradas, los precios permanecen fijos, pero tan pronto como se presenta una oscilación, los precios fluctúan. Los precios pueden fluctuar por escasez o abundancia del producto, pero también fluctúan por escasez o abundancia de dinero. Cuando la existencia de dinero sobrepasa la existencia de productos, los precios naturalmente suben porque la producción es insuficiente para hacerle frente a la demanda. Pero cuando el dinero escasea, el precio de los productos baja, ya que hay una abundancia relativa entre la cantidad de productos expuestos a la venta y el dinero en circulación.

Si no hay intervención estatal, ambos fenómenos, el de la abundancia o el de la escasez de los productos, tienden a corregirse solos, puesto que al escasear un producto, al alza en el precio sirve de incentivo a los productores para producir más. En cambio cuando los precios bajan, los productores tienden a producir menos, porque el negocio ya no les resulta lucrativo.

¿A qué puede atribuirse la inflación?

Sólo hay una causa que es la excesiva emisión de papel moneda. El monopolio en ese sentido, lo ejercen los gobiernos a través de los bancos estatales, de modo que a los únicos a los que se les puede achacar la inflación es a éstos. Si no hubiera aumenta en la emisión de papel moneda, no habría inflación.

¿Por qué recurren los gobiernos a la inflación?

Porque les asusta el fantasma del «desempleo» y estimulando la producción en tal forma, es decir: «creando más demanda», buscan alcanzar el empleo pleno.

¿A qué es comparable la inflación?

Es comparable al hecho de adulterar o «bautizar» la leche, como decimos vulgarmente. El resultado es un líquido acuoso del mismo color del original, pero cuyo valor nutritivo ha disminuido en proporción a la cantidad de agua añadida. En otras palabras es una estafa o un timo que se le hace al comprador. Este cree que está recibiendo la misma cantidad, pero lo que está recibiendo es sólo una parte proporcional, según sea el grado de la mezcla. Igual sucede con la carne cuando se le inyecta agua para que pese más. E igual sucede con la emisión de billetes. El exceso de billetes emitidos resta valor a los que previamente circulaban, ya que vienen a competir con éstos en la demanda de víveres y artículos de necesidad. Entre mayor la emisión, mayor la abundancia de dinero, mayor el despilfarro y mayor la escasez relativa de los productos. Por consiguiente, mayores serán los precios que los compradores tendrán que pagar por ellos.

Talón Oro

Cuando existía el talán oro, los billetes tenían respaldo y no podían emitirse así no más. Uno podía tener confianza en el valor del papel moneda que recibía, ya que en cualquier momento uno podía acercarse a la ventanilla del banco emisor y exigir oro o plata a cambio de sus billetes, pero hoy día esa garantía no existe.

Tomemos por ejemplo la libra esterlina. Esta conlleva en su cara superior junto con la efigie de la reina, una leyenda que reza: HEREBY AGREE TO PAY TRE BEARER ONE POUND STERLING», que traducido al castellano significa: «POR LA PRESENTE ME COMPROMETO A PAGAR AL PORTADOR UNA LIBRA DE PLATA LEGITIMA» y antes así sucedía. Pero hoy, aunque los billetes llevan la misma leyenda, la triste realidad es que no es más que una estafa o timo, porque el banco ha renegado de sus compromisos y los billetes son simples pedazos de papel irredimibles excepto por otros pedazos de papel.

¿Sucede igual con las demás monedas?

Igual sucede con el dólar y con las demás monedas de papel, cuya impresión está sujeta al capricho de los gobernantes. Para mejor comprender el fenómeno Inflacionario, supongamos que todos despertáramos cierta mañana con el triple o cuádruple del dinero que teníamos la noche anterior. Lógico es suponer que ya no seríamos tan tacaños con nuestro dinero y que lo primero que haríamos es acudir a los almacenes a comprar a manos llenas aquellos productos que siempre habíamos anhelado tener, pero que jamás habíamos logrado por no contar con el dinero suficiente.

¿Cuáles serían las consecuencias?

La consecuencia inmediata sería que ante la inusitada demanda, las estanterías de los almacenes pronto quedarían exhaustas como quedan tras el furor de compras que precede a las fiestas navideñas. Para repletar sus estanterías nuevamente, los comerciantes se verían precisados a acudir a sus proveedores para colocar pedidos con carácter urgente. Estos a su vez se verían en dificultades para poder cumplir y para poder llenar los pedidos con la urgencia debida, probablemente tendrían que pagar más caro, ya que estarían compitiendo con otros proveedores y al mismo tiempo tendrían que pagar más a sus operarios en concepto de salarios. Al ganar éstos más, comentaría su poder adquisitivo, lo que vendría a incrementar la demanda de mercadería, estableciéndose así un círculo vicioso. Es así como los costos de producción irían en aumento y al llegar el producto a manos del consumidor, probablemente sería a un precio considerablemente mayor Esto es en pocas palabras lo que ocurre durante el proceso inflacionario.

¿Es la inflación un proceso económico?

El proceso inflacionario no es un proceso económico, sino político. Sólo los gobiernos a través de los bancos estatales pueden emitir billetes. Si lo hace un particular incurre en el delito de falsificación y va a parar a la cárcel. Pero si lo hace el gobierno, está en su legitimo derecho y lo puede hacer impunemente. Por eso se dice que la inflación es la forma más exitosa de robo que se conoce.

¿En qué forma es robo la inflación?

Es robo porque sustrae a cada cual una parte del poder adquisitivo de su dinero. Como es un robo perpetuado contra toda la comunidad, es decir, contra todo aquel que tenga ahorros o entradas fijas, nadie se da cuenta de que ha sido robado, ni del momento en que ocurrió el robo. Unicamente se dan cuenta que el valor adquisitivo de su dinero, ya no es el mismo que lo era con anterioridad y que el precio de todas las cosas ha subido.

¿Cuál es su reacción?

El público reacciona en ira en contra de los comerciantes a quienes acusa de avaricia y voracidad y e ser acaparadores y hambreadores, sin darse cuenta que éstos se hallan en las mismas condiciones que él y que para rehacerse del valor adquisitivo de su dinero que les ha sido mermado, es que recurren al alza de precio de sus productos.

¿Qué efecto tendría un alza de precios si la inflación no existiera?

Si la inflación no existiera, la gente sencillamente no tendría dinero para botar y ante cualquier alza en el precio de cualquier producto, tendría que escoger entre prescindir de él, o si no, comprarlo y pres­cindir de cualquier otro producto. Es sola. mente porque el dinero abunda que el comerciante logra vender su producto y la razón por la que algunos cuentan con ese dinero es «la inflación».

¿Qué otras razones hay para que los gobiernos acudan a la inflación?

El papel que les gusta representar de «estado benefactor» y las demandas exorbitantes con que constantemente están siendo asediados. Los gobiernos jamás han sido creadores de riqueza. Los gastos de administración los pagan los gobernados a través de sus contribuciones. Cuando los impuestos no alcanzan y los gobiernos no se atreven a crear nuevos impuestos, recurren a la inflación como medida para solventar sus dificultades presupuestales. Vale por eso recordar que los gobiernos jamás nos dan más de lo que previamente nos han quitado y que aún eso resulta diluido debido a los gastos de administración, de modo que lo que recibimos resulta siendo sólo una sombra de lo que se nos quitó. De manera que cuando acudimos al gobierno en demanda de viviendas, transporte barato o cualquier otra prebenda, debemos recordar que el costo tiene que salir de alguna parte y que lo más probable es que salga de nuestros propios bolsillos a través de la inflación.

¿Resulta justo achacar a los vendedores la culpa por el alza de precio de sus productos?

No, si recordamos que les estamos pagando con una moneda devaluada. Si les estuviéramos pagando con una moneda que tuviera un valor estable, resultaría justificado. Pero les estamos dando una moneda cuyo valor adquisitivo ha quedado reducido a causa de la inflación. Lógicamente los billetes ya no tienen igual valor. Su valor adquisitivo ha quedado mermado. Si los billetes se fueran reduciendo de tamaño proporcionalmente a su valor real, nos daríamos cuenta del rápido progreso de la inflación. Entonces en vez de rematar injustamente contra los vendedores, acudiríamos con nuestros reclamos a la casa de emisión.

Cuando confrontamos cualquier alza de precios, deberíamos preguntarnos: «¿Y lo que doy a cambio sigue valiendo igual? ¿ Si lo que doy a cambio vale menos, con qué derecho reclamo que por lo que me vendan, pidan más?».

¿Y nuestra moneda no es estable?

Nuestra moneda tenía fama de ser de las más estables del mundo, pero al correr paridad con el dólar, sufre la misma suerte que aquél.

¿Cuál es el remedio contra la inflación?

El único remedio es la austeridad en el manejo de los fondos gubernamentales y el de cerrar la fábrica de emisión de la moneda. Si los gobiernos se ciñeran a gastar conforme a sus entradas, no tendrían necesidad de recurrir a la impresión de papel moneda en exceso de lo presupuestado para satisfacer las necesidades del mercado y no habría inflación.

¿Puede llegar a desbocarse la inflación?

Fácilmente y por consiguiente conviene frenarla cuanto antes, para que no vaya tomando impulso y más tarde sea imposible hacerlo, llegándose al caso como ha sucedido muchas veces en otros países que la moneda pierde totalmente su valor y que para las transacciones diarias, la gente tenga que acudir al uso de substitutos tales como cigarrillos o chocolates, como ocurrió en Alemania tras de las dos guerras mundiales y como ha sucedido en muchos países más.

¿Favorecerá la inflación al comercio de los Estados Unidos de Norteamérica?

Superficialmente podría parecer que sí. Pero hay que tener en cuenta que casi todos los países le deben a los Estados Unidos de Norteamérica y que ésta sufriría fuertes pérdidas al recibir el pago en moneda devaluada. Además como hemos tenido ocasión de ver nosotros recientemente en nuestro país y como lo está viendo Carter, la inflación es una medida muy poco popular, ya que tiende a desquiciar totalmente el comercio interno. A todos nos gusta gastar, pero cuando llega el momento de pagar, todos lo resienten.

«La experiencia… demuestra que ni un gobierno ni un banco han tenido jamás la facultad irrestricta de emitir papel moneda sin abusar de ella; en todas las naciones, por consiguiente, la emisión de papel moneda debe estar bajo cierto freno y control; y ninguno parece tan apropiado para el efecto como sujetar a las emisoras de papel moneda a la obligación de pagar sus billetes en oro amonedado o en barras».

DAVID RICARDO, Principios de Economía Política, Cap. XXVII, de la Moneda y de los Bancos, 1817.