Año: 29, Agosto 1987 No. 636

N. D. El CEES pone a disposición del público el segundo tomo de la Colección Campeones de la Libertad. Este artículo es un extracto del prólogo escrito por Juan F. Bendfeldt al libro de F. A. Hayek «Camino a la Servidumbre».

El Camino a la Servidumbre de Hayek

Hayek fue un joven socialista. De allí que «CAMINO A LA SERVIDUMBRE» lo haya dedicado «a los socialistas de todos los partidos». Pocos son los jóvenes que atraídos por las promesas de una sociedad mejor, se molestan en estudiar a fondo hasta sus últimas consecuencias los argumentos a favor de la revolución. Este joven, sin embargo, dedicó toda su vida a estudiar las ideas que tanto le inquietaron; y, en el proceso, ha legado a la humanidad importantes aportes sobre la naturaleza de la sociedad misma y sus instituciones. Sus descubrimientos y teorías dejaron muy atrás los prejuicios y dogmas ideológicos que impiden, muchas veces, una discusión inteligente sobre los temas fundamentales en cuestión.

En 1974, la Real Academia de Ciencias de Suecia le confirió el Premio Nobel en Ciencia Económica. En su anuncio oficial de la premiación, la Academia describió así las aportaciones de Hayek: « La Academia es de la opinión que el análisis de Hayek sobre la eficiencia funcional de diversos sistemas económicos es una de sus más importantes contribuciones a la investigación económica. A partir de los años treinta, se dedicó a hacer penetrantes estudios sobre los problemas de la planificación centralizada...». «Presentó nuevas ideas respecto a las dificultades de la planificación socialista e investigó las posibilidades de lograr resultados efectivos a través de la descentralización. El principio fundamental que le guió en la comparación de diversos sistemas económicos fue el estudio de cómo se utiliza con eficiencia el conocimiento y la información que se encuentran dispersos entre individuos y empresas. Fue así como concluyó que solamente por medio de una extensa descentralización en un sistema de mercado, con libre competencia y libertad de precios, es posible utilizar plenamente la información y conocimientos difundidos en toda la población».

Friedrich Augustus von Hayek nació en la ciudad imperial de Viena, Austria, el 8 de mayo de 1899, en una familia con una tradición científico-universitaria, en una época de profundos cambios en la organización política y social del continente europeo. Hayek se declaraba a si mismo como un socialista moderado, y atribuye a esta temprana convicción el hecho de que en su arduo camino hacia la libertad haya tenido que batallar contra sus inclinaciones originales, descubriendo él solo los olvidados principios de la sociedad libre.

De sus convicciones socialistas se fue desprendiendo, poco a poco, debido a la oportunidad que se le presentó de trabajar bajo la dirección del insigne economista Ludwig von Mises. Durante cinco años, Hayek se formó en la disciplina de la Escuela Económica Austríaca, ya por entonces desplazada de las aulas universitarias por la moda académica. En 1927 llegó a ser Director del Instituto Austríaco de Investigación Económica, con el cargo de Vicepresidente. Durante el tiempo que trabajó en el Instituto, hasta 1931, combinó su trabajo de investigación con la docencia.

El desarrollo de los acontecimientos que culminaron en la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, lo movieron hacia estudios críticos del ‘método científico aplicado a las ciencias sociales, actitud a la que atribuyó en gran medida la responsabilidad del fracaso del orden social. Le alarmó la incomprensión por parte de los intelectuales de las últimas consecuencias del socialismo en la práctica de la política económica: la planificación centralizada. Para alertar al mundo occidental de tal peligro fue que escribió: «El Camino de la Servidumbre», que apareció en 1944.

El libro de Hayek que más difusión ha te­nido es «El Camino de la Servidumbre». Fue un éxito de librería, tanto en Inglaterra como en los Estados Unidos, desde su aparición en 1944.

En 1945, el Readers Digest publicó en inglés una versión condensada del libro. Más tarde apareció en español. La versión condensada fue la que sirvió de base para esta edición que lleva el nombre de «CAMINO A LA SERVIDUMBRE». Hayek mismo sancionó el trabajo de condensación, refiriéndose a él así: «Es inevitable que la compresión de un argumento complejo a una fracción de su extensión original produzca algunas sobre-simplificaciones, pero el que haya sido hecho sin distorsiones y mucho mejor de lo que lo pude haber hecho yo mismo, es un éxito singular».

Es significativo que Hayek haya citado al filósofo moralista escocés del siglo XVIII, David Hume, para empezar su análisis. «CAMINO A LA SERVIDUMBRE» es una explicación de cómo y por qué se pierde la libertad, casi sin percibir el proceso. «Es raro que una libertad, cualquiera que sea, se pierda de una vez», es la sentencia de Hume. Este fenómeno degenerativo es uno de los enigmas estudiados a través de los siglos.

En su análisis, Hayek descubrió la respuesta a esa incógnita que ha molestado a socialistas y liberales por igual. La razón para dedicar la obra a los socialistas es que el socialista produce exactamente lo opuesto a sus buenas intenciones. Según Hayek: «¿Acaso hay tragedia imaginable más grande que el que en nuestro esfuerzo deliberado por conformar nuestro futuro de acuerdo con elevados ideales, produzcamos, sin desearlo, exactamente lo opuesto a nuestro objetivo?».

Las Tesis de «CAMINO A LA SERVIDUMBRE» las planteó Hayek antes de la Segunda Guerra Mundial. Resultaron proféticas al predecir hasta qué extremos de perversión del poder público es capaz de llegar el estado totalitario. No sólo el Holocausto encuentra una explicación, sino también el terror del Stalinismo y el Gulag siberiano, la sistemática eliminación de las más brillantes mentes chinas durante la Revolución Cultural de Mao, las masacres de millones de mujeres, niños y ancianos por el Khmer Rouge de Cambodia, las hambrunas intencionales de los países socialistas del Cuerno de Africa, la dislocación y exilio forzado de millones de cubanos, y más recientemente el genocidio y persecución de los indios Miskito en Nicaragua. El socialismo totalitario del siglo XX ha destruido a más de 200 millones de seres humanos con el desprecio más absoluto de los valores fundamentales por los que la humanidad entera ha luchado a través de la historia.

Es gracias a Hayek y a otros miembros de su generación que el curso de la civilización se ha apartado, en general, del «CAMINO A LA SERVIDUMBRE». Todos los esquemas colectivistas se han puesto en vigor; ya no son cosas de ideales y de especulaciones intelectuales sobre la sociedad. En las ciencias y en la praxis esas ideas han sido derrotadas. Cuarenta años después se está produciendo un proceso de marcha atrás, hasta en los centros de poder político más extremos. La amenaza, sin embargo, aún sigue latente bajo otras formas.

Será en el campo de las ideas y no en campo de batalla en donde finalmente se llegue a vislumbrar la verdad. Hayek, sin duda alguna, es un revolucionario de las ideas y un CAMPEON DE LA LIBERTAD.

IDEAS SOBRE LA LIBERTAD

«Para alcanzar las finalidades que se proponen, los planificadores tienen que crear un poder público de unos hombres sobre otros de magnitud hasta ahora desconocida; y su éxito dependerá del grado en que logren tal poder. La democracia es un obstáculo a esta supresión de la libertad que la dirección centralizada de la actividad económica requiere. Y así, surge al punto el choque entre la planificación y la democracia»

«Al concentrar el poder de modo tal que pueda ser puesto al servicio de un plan único, no sólo se le transforma sino que se le aumenta infinitamente»

«En las democracias la mayoría de la gente cree todavía que es posible combinar el socialismo con la libertad. No se dan cuenta de que el socialismo democrático, la gran utopía de las últimas generaciones, no solamente es imposible de alcanzar, sino que los esfuerzos que se hagan por lograrlo llevan a algo completamente distinto: a la destrucción de la libertad misma».

«La planificación económica lleva a la dictadura por ser ésta el más eficaz instrumento de coerción y como tal, indispensable para el establecimiento de una planificación central en gran escala»

«Así como el estadista demócrata que se decide a planificar la vida económica se verá pronto ante la alternativa de asumir poderes dictatoriales o abandonar sus proyectos, así el caudillo totalitario se vería en corto tiempo ante el dilema de pasar por encima de los principios morales corrientes, o fracasar. Esto explica por qué los hombres poco escrupulosos son los que cuentan con mayores oportunidades de éxito en una sociedad orientada hacia el totalitarismo»

«Que cuanto más planifique el Estado, más difícil es para los individuos trazar sus propios planes»

«Nuestra civilización ha llegado a su estado actual de desarrollo precisamente porque no tuvo que ser deliberadamente planificada».

F. A. Hayek, Camino a la Servidumbre

SOBRE «CAMINO A LA SERVIDUMBRE»

«En mi opinión es un libro importante. Tenemos las más grandes razones para estarle agradecido por haber expresado tan bien lo que tanto necesitaba decirse. Moral y filosóficamente me encuentro de acuerdo, sino conmovido».

Lord Keynes

«En la parte crítica de la tesis del Profesor Hayek hay mucha verdad. Nunca basta decirlo –y en cualquier caso, no se dice lo suficiente – que el colectivismo es inherentemente antidemocrático; es más, le confiere a una tiránica minoría poderes más grandes que los que la Inquisición Española jamás soñó poseer».

George Orwell