Año: 35, Junio 1993 No. 775

N. D. Este articulo fue publicado originalmente en inglés, en el número 11 deI mes de noviembre de 1990, de la revista The Freeman, que edita la Foundation For Economic Education de Estados Unidos. El autor vive en Bélgica y es fundador del European Libertarian Center. Este artículo está tomado del Prólogo de la edición húngara del libro de Ludwig von MisesPlanned Chaos.

LA NATURALEZA DEL GOBIERNO

Por Fred Dekkers

En el relato de «Alí Babá y los 40 ladrones», las palabras mágicas «¡Abrete Sésamo!», dan acceso a riquezas fabulosas. Muchos países, antaño comunistas, parecen asignarle el mismo mágico poder a la palabra «democracia». La democracia, por cierto, es un gran paso en la dirección correcta, pero deben tenerse en cuenta muchas consideraciones importantes.

Ninguna mayoría democrática puede crear riquezas simplemente sancionando leyes, porque ninguno de los elementos capaces de generar riqueza se encuentra en estado libre en la naturaleza. La naturaleza solo brinda posibilidades potenciales: materias primas que deben ser extraídas de las minas, transportadas, transformadas, empaquetadas, distribuidas y así sucesivamente. La riqueza es creada por los individuos: por su ambición, motivación, trabajo, ahorro, inversión, talento para la organización y, principalmente por el pensamiento y las ideas. Tal como Ludwig von Mises escribió: «La producción no es algo físico, material y externo; es un fenómeno del espírituy del intelecto. Sus requisitos esenciales no son el trabajo humano y las fuerzas externas, como las diversas cosas, sino la decisión de la mente de utilizar dicho factores, como medios para lograr fines. Lo que produce el producto no es el esfuerzo y la preocupación en sí mismos, sino el hecho de que el esfuerzo es guiado por la razón». (Human Action, Chicago, Henry Regnery Company, 3ra. ed. 1966, p. 141-42).

Los políticos no pueden crear riqueza, pero la pueden destruir, porque ello está en la naturaleza del poder político. Como escribió el mismo Mises: «El Estado y el gobierno son el aparato social de compulsión y coerción. Tienen el monopolio de la acción violenta. Ningún individuopuede usar la violencia o amenazar con ella si el gobierno no le acuerda el derecho de hacerlo. El Estado es esencialmente una institución para preservar las relaciones pacíficas entre los hombres. Y para la preservación de la paz, tiene que estar preparado para aplastar a quienes rompen la paz». (Human Action, p. 149).

El gobierno reserva para sí la facultad legal de usar la fuerza física. Todas las leyes están respaldadas por ese monopolio legal y la amenaza de imponer multas y/o prisión a quienes no cumplen u obedecen.

Se puede abusar o hacer mal uso del poder. Yo puedo tener una escopeta para defender mi persona y mi propiedad de los ladrones, pero si la utilizo para robar la propiedad de otro estoy haciendo mal uso de la escopeta y abusando del poder que se me ha conferido. De la misma manera, los políticos pueden hacer mal uso o abusar del poder del Estado.

Cuanto mayor sea la concentración del poder del Estado en menor cantidad de manos, mayor es el peligro de su abuso. La dictadura de un hombre es más peligrosa que la de un triunvirato, que a su vez ofrece mayor peligroquela de un partido. El gobierno de la mayoría en la democracia, es un progreso, y tiene la ventaja de que su poder puede revocarse mediante el sufragio. Sin embargo, ningún representante de ninguna mayoría, haya o no sido elegido democráticamente, es garantía suficiente de que no abusará del poder que tiene en sus manos.

Resulta claro que el abuso del poder por parte del gobierno, debe frenarse de alguna manera. Un modo de restringir el poder del gobierno es mediante una «super ley». Es decir, una ley que no puede ser cambiada por el voto político de una mayoría, una ley a la cual el gobierno mismo deba someterse. En la mayoría de los países esa «super-ley» se llama Constitución. Su función es, odebiera ser, proteger al individuo contra los abusos del poder deI gobierno, en que incurren los políticos.

Pero, ¿puede determinarse de manera objetiva la función del gobierno? ¿Podemos establecer con precisión los límites dentro de los cuales el gobierno debe ejercer su poder?

Esto nos lleva a la cuestión siguiente: «¿Podemos limitar de manera apropiada y efectiva la violencia, que con justicia y de manera apropiada utiliza el gobierno?». Mises se refirió a esta cuestión en una conferencia que dio en The Foundation for Economic Education, en 1969: «El principal problema del mercado, el problema principal de la cooperación humana, es el hecho de que hay gente que recurre a la acción violenta sin someterse a las reglas necesarias para la preservación y el funcionamiento del mercado. A fin de prevenir la acción violenta y hacer posible el funcionamiento del mercado y de la cooperación en la sociedad humana, es necesario contar con una institución que proteja al mercado contra la violencia; es decir, contra la gente que ignora o rehusa someterse a las reglas del intercambio pacífico de bienes y servicios. Esta es la función del gobierno».

La violencia es lo opuesto a la cooperación social. La violencia significa coerción, opresión, injusticia y finalmente guerra. La única manera, entonces, de oponerse a la violencia es con la violencia. Consecuentemente, la violencia tiene dos caras. Se puede usar de manera agresiva: el agresor la inicia y utiliza contra los pacíficos ciudadanos, o puede utilizarse en forma defensiva. En este caso, puede usarse, únicamente, contra los agresores.

La conclusión es que el gobierno, es decir el cuerpo llamado a manejar la violencia legal, puede actuar de manera positiva para la población de un país, únicamente si utiliza su poder para protegerla contra los invasores extranjeros o los depredadores internos.

El gobierno puede establecer las condiciones más apropiadas para la cooperación voluntaria y creativa entre los individuos, protegiéndolos contra la violencia. De esa manera puede ser el mejor aliado de los individuos. Pero,cuando el gobierno abusa del poder que está llamado a ejercer, puede convertirse en el más peligroso de los enemigos, ya que lo. individuos desarmados carecen de poder alguno contra la exclusiva y legal manifestación de la fuerza física. La historia está llena de ambos ejemplos.

LA FUNCION PUBLICA

«El gobierno no ha sido creado para hacer ganancias, sino para hacer justicia; no ha sido creado para hacerse rico, sino para ser el guardián y centinela de los derechos del hombre, el primero de los cuales es el derecho al trabajo, o bien sea, la libertad de empresa».

Juan Bautista Alberdi, Prócer de Argentina, 1853

EL MAYOR PELIGRO

«Este es el mayor peligro que hoy amenaza a la civilización: la estatificación de la vida, el intervencionismo del Estado, la absorción de toda espontaneidad social por el Estado; es decir, la anulación de la espontaneidad histórica, que en definitiva sostiene, nutre y empuja los destinos humanos. El resultado de esta tendencia será fatal. Ninguna nueva simiente podrá fructificar. La sociedad tendrá que vivir para el Estado; el hombre, para la máquina del gobierno. El Estado, después de chupar el tuétano a la sociedad, se quedará hético, esquelético, muerto con esa muerte herrumbrosa de la máquina, mucho más cadavérica que la del organismo vivo»

José Ortega y Gasset, La Rebelión de las Masas, 1993