Año: 37, Enero 1995 No. 801

N. D. El Dr Angel Roncero Marcos es Sacerdote Salesiano de Don Bosco. Actualmente dirige una institución educativa en Quetzaltenango. Es Doctor en Teología Ecuménica y ha sido Profesor Universitario en varias disciplinas.

Es fundador de la Sociedad Bíblica Católica Nacional, ha sido Editor de varias revistas de formación religiosa y promotor de proyectos e instituciones de educación superior en Centro América. En 1988 la UFM le confine el grado honorífico de Doctor en Ciencias Sociales. Entre sus publicaciones destacan: Marxismo y Cristianismo, Introducción a la Cristología, y Unidad y Episcopado.

Este articulo fue presentado para discusión en el Depto. de Filosofía de la UFM.

COMO SALIR DE LA POBREZA

Angel Roncero

1. ¿EMPRESA LIBRE O CONTROLADA?

Lo que más puede ayudar a sacar a un pueblo de la pobreza y del subdesarrollo es fomentar la libertad en todos los campos de la vida humana: Político, económico, social, religioso, etc. La libertad exige responsabilidad individual, honestidad y esfuerzo personal y sólo así puede progresar un país.

En el campo económico no basta el sistema de empresa privada sino que es necesaria la libertad, o sea empresa privada y además libre: sin dirigismo estatal, sin privilegios, ni proteccionismos para nadie, proteccionismos que son consecuencia de un estatismo y paternalismo que hacen mucho daño a toda la población.

La libertad de empresa no quiere decir injusticia social, ni opresión, ni explotación o cosas por el estilo, como a veces erróneamente se acusa a este sistema; todo lo contrario: sólo puede haber moral y honestidad donde hay libertad. Esta es una componente esencial de la ética. Donde no hay libertad no puede haber moral, porque el acto ético o moral debe ser siempre un acto libre, no forzado.

La razón y también la experiencia histórica prueban que los países que mas se desarrollan son aquéllos cuya organización social se basa en la libertad y en los derechos del individuo con la consiguiente responsabilidad personal, y no aquéllos cuyos habitantes esperan todo de la seguridad que les da el paternalismo y proteccionismo del Estado. En nuestra formación latina siempre hemos preferido la seguridad y protección del Estado más que la libertad. Otros pueblos, como los anglosajones, prefieren la libertad del individuo a la seguridad que viene del gobierno. Para ellos no se puede hablar de derechos humanos o de la sociedad si antes no se valoran y respetan los derechos y liberad del individuo. Esto hace que en esos pueblos se desarrollen más la responsabilidad personal. Y éste es un factor que contribuye grandemente al desarrollo.

Otros sistemas económicos, propios del dirigismo colectivista, se han demostrado ineficientes para mejorar el nivel de vida de los pueblos. El Estado paternalista y benefactor ahoga la iniciativa personal, la responsabilidad y en último término la libertad. El control y la intervención estatal en la actividad productiva y comercial del hombre, o actividad económica, causa una burocracia tal que, además de bajar la productividad tan necesaria para poder competir, malgasta los recursos de toda una nación que son los recursos del pueblo.

Esos sistemas económicos de intervencionismo estatal que desemboca en el socialismo, tienden a aumentar los impuestos, porque necesitan cada vez más dinero para pagar tanta burocracia. Ylos impuestos cuanto más altos mas daño hacena todo el pueblo, especialmente a los más pobres. Es ilusorio creer que los impuestos los pagan únicamente los ricos. Las nefastas consecuencias de los impuestos las paga todo el pueblo, porque el precio final de un producto o un servicio tiene que cubrir todos los gastos de ese producto o servicio, incluidos los gastos de los impuestos. El último consumidor, o sea el comprador final, pagará todos los costos que haya tenido un producto. Corno se dice vulgarmente, es Juan Pueblo que se come un pan quien va a pagar todos los costos que haya tenido ese pan. Esto quiere decir que cuanto más altos impuestos ponga el gobierno al pan, o a cualquier otro producto o servicio, más caro le saldrá al pueblo. Por tanto, si el gobierno realmente quisiera ayudar al pueblo, especialmente a los más pobres, debería bajar drásticamente los impuestos. Esto supone que el gobierno debería clausurar muchas de las actividades que realiza y que no son de su competencia, porque los ciudadanos privadamente pueden dar mejores y más baratos servicios de los que da el Estado. Al menos el 70% de las actividades y burocracia que tiene el gobierno podría clausurarse y así el nivel de vida de todo el pueblo sería mucho más elevado. Cerrando tantos servicios inútiles e ineficientes que da el gobierno ya no necesitaría quitarles a los ciudadanos tanto dinero con los impuestos, pues el presupuesto anual se podría reducir enormemente.

Es sabido que los gobiernos son malos administradores. Todos los gobiernos, aunque sean honestos, son malos administradores. El gobierno administra mal todo lo que administra. Y la razón es muy sencilla: porque el dinero que se arriesga o mal gasta por ejemplo en la empresa estatal, no sale de los propios bolsillos del gobernante (ministro, jefe o burócrata cualquiera), s no que es el dinero de la nación, o sea del pueblo, dinero que el gobernante ha quitado al pueblo con los impuestos. Aunque una empresa estatal dé pérdidas, esté en quiebra y sea un desastre para toda la nación puede seguir existiendo, porque el burócrata que la mal administra no pierde nada propio recibe igualmente su sueldo, si es que además no tiene otros privilegios y «mordidas» por su «patriótico» servicio de malgastar los recursos de la nación que son de todos los ciudadanos.

Si una empresa privada da siempre pérdidas, su dueño la vende, la cierra, la regala o la quema. antes que seguir perdiendo. Lo mismo debería hacerse con las empresas estatales. Si no se hace, es por motivos políticos inaceptables: para regalar salarios a los del partido, a los familiares, amigos y compadrazgos, o para tener votos asegurados. O sea, por los intereses de los gobernantes y su camarilla y no por el bien de toda la nación.

Cuando una empresa, estatal o privada, no es rentable, pierde dinero o quiebra es porque sirve mal al consumidor, su producto o servicio es malo o caro o ambas cosas a la vez. Y entonces es lógico y necesario que quiebre y desaparezca del mercado, porque está sirviendo mal al pueblo consumidor. Son los compradores o consumidores los que deciden qué empresa tiene éxito o cuál otra debe desaparecer. Esto lo hacen con el voto diario de la compra o del rechazo. El empresario que nosirve bien al consumidor recibe el castiga de las pérdidas y éstas le vienen del plebiscito diario de los consumidores. Y así debe ser.

Pero esto es posible solamente con el sistema de libre empresa. Con el sistema de intervención estatal, ya se llame dirigismo, planificación central, de empresa mixta o subvencionada, socialismo democrático, o socialismo real (comunismo), se pueden seguir malgastando los escasos recursos del pueblo con empresas ineficientes, ya sean estatales o privadas con subvenciones del Estado.

Si todos los gobiernos son malos administradores, cuanto más administran más daño hacen al pueblo y cuanto menos administren mejor estará toda la población, porque malgastarán menos recursos del pueblo. Esto quiere decir que cuanto más se reduzca el gobierno mejor estará el pueblo, y cuanto más poderes tenga el gobernante menos libertad tendrá el ciudadano Y esto se reflejará en todos los campos, también en la pérdida de bienestar material que tanto lamentamos en un continente de pobreza.

2. LA LIBRE EMPRESA EN LA HISTORIA

Las saciedades que más han valorado la libertad y el Estado de Derecho con el imperio de la ley son las que más se han desarrollado siempre. Las que más se han acercado a este ideal de la libre empresa son las que más han elevado el nivel de vida de sus pueblos. En la antigüedad: Grecia y Roma, en su apogeo, para dar sólo dos ejemplos. En los últimos siglos Europa Occidental, América del Norte, Australia y el Extremo Oriente Asiático.

En América Latina no se ha vivido nunca este sistema, con excepción de Argentina, y apenas por unas décadas a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Y entonces alcanzó aquella república un elevadísimo nivel de vida semejante al de Bélgica y Holanda. Esto fue posible porque en aquellos años un grupo de argentinos movidos por Juan Bautista Alberdi y formados en las ideas libertinas de Gran Bretaña y países anglosajones propusieron una constitución basada en los derechos y libertad del individuo. Aquella próspera situación de todo el pueblo argentino desapareció hundiéndose hasta las profundidades del océano con la llegada del sindicalismo y el populismo de Perón bajo la bandera de la justicia social. El sistema sociopolítico y económico que se ha seguido y sigue en América Latina, heredado de España desde la colonia, es un sistema de centralismo estatal, recomendaciones, compadrazgo, privilegios, proteccionismo estatal, «mordidas», etc. Es un sistema que no favorece la responsabilidad personal y que en definitiva termina sofocando los derechos y libertad del individuo y por tanto de todos los ciudadanos.

Si en América Latina no se ha seguido ni se sigue realmente el sistema de libre empresa, no se le puede achacar a ese sistema la culpa de la pobreza de este continente. Es todo lo contrario. Si los gobiernos latinoamericanos hubieran estado inspirados en la Filosofía de la Libertad que promueve la ética, la justicia y la responsabilidad personal, a estas alturas el continente gozaría de un nivel de vida mucho más elevado en todos los campos.

3. COMO IMPLEMENTAR ESTE SISTEMA

Para implementar el sistema de libre empresa es indispensable lo siguiente:

A) En la educación y organización social y política hay que crear un ambiente y estilo de vida democrático. Esto supone la valoración y el respeto de los derechos y libertad de los individuos, que son todos los ciudadanos.

La libertad no quiere decir libertinaje ni injusticia. La libertad nunca es absoluta, sino relativa. Mi libertad termina donde empieza el derecho del otro.

B) Las leyes deben reducirse al mínimo necesario, deben ser generales e iguales para todas y expresión del derecho de la persona o individuo, no violación de sus derechos.

Es sabido que hay leyes que violan los derechos del individuo o persona y éste es el error más grave para una sociedad. No es la ley lo que debe tener la prioridad sino el derecho. La finalidad principal de las leyes en un Estado de Derecho es, como la de los gobiernos, proteger la vida, la propiedad, la libertad de los individuos que son todos los ciudadanos.

C) También el aparato del gobierno debe reducirse al mínimo necesario, sabiendo que su función más importante es proteger y defender la vida, la propiedad y la libertad de los individuos que componen la sociedad.

D) Lo anterior supone vender o cerrar todas las empresas estatales, pues el Estado no ha nacido para ser empresario (cartero, electricista, telefonista, constructor, transportista, farmacéutico, almacenista, deportista, lechero, etc., etc...) Como empresario el Estado es un rotundo fracaso y lo único que hace es malgastar los escasos recursos del pueblo. También supone cerrar varios ministerios y muchas dependencias gubernamentales con toda su burocracia, vender los inmuebles en que funcionan y cesar a sus dirigentes, empleados y obreros para que pasen a trabajar en la iniciativa privada. Ganarán más y estarán más satisfechos sabiendo que en la iniciativa privada si están dando a los ciudadanos productos y servicios que éstos necesitan y desean.

Es sabido que muchas dependencias estatales no sólo malgastan inútilmente el dinero del pueblo, sino que con su sola existencia hacen mucho daño a toda la sociedad. Si no se suprimen, seria mejor pagar a sus empleados el salario para que se estuvieran sentados en sus casas sin hacer nada. Al menos no harían daño y dejarían trabajar a los ciudadanos.

E) Si se suprime tanta burocracia estatal, no necesitará el gobierno quitarles a los ciudadanos tanto dinero con los impuestos. El capital ahorrado por cada individuo con una drástica reducción de los impuestos podrá ser mejor invertido y administrado por los mismos ciudadanos que si está en manos de los gobernantes.

Todo ese dinero de los ahorrantes puede ser una enorme fuente de trabajo útil en la iniciativa privada reduciéndose así enormemente el desempleo.

F) Con la reducción drástica de la burocracia ya no necesitaría el gobierno fabricar tanto papel moneda sin ningún respaldo, pues eso solo crea inflación, carestía de vida, desempleo y desastre para todo el pueblo.

Con estas medidas podría iniciarse el surgimiento del sistema de libre empresa que es el que más puede ayudar a todo el pueblo a salir del estado de pobreza. Para ello se necesitan gobernantes con decisión, que sigan los buenos ejemplos o modelos de las naciones más prósperas, gobernantes que tengan orientada su vida por la verdad, libertad y justicia y no por los intereses y privilegios de partido, grupo o compadrazgo.

La libre empresa no es un sistema perfecto. También con ella puede haber injusticias y pobres, porque el hombre concreto no es un ángel, es imperfecto. Pero como la democracia, es el menos imperfecto de todos los sistemas económicos. Los pobres serán menos pobres, todos tendrán un mejor nivel de vida, aunque siempre habrá unos que tendrán más que otros.

La comprobación histórica de estas afirmaciones la han dado en los últimos años todos los pueblos socialistas del mundo sometidos al imperio soviético. Apenas se abrió una rendija de libertad rechazaron el sistema que los oprimía no sólo en política, religión y cultura sino también en la actividad productiva material o economía.

LA VERDADERA COMPASION

Si se comprende el profunda mensaje del Papa Juan Pablo II de que puede verse con optimismo a la economía de mercado como el medio mas eficaz para elevar a los pobres de la miseria, ¿no debieran todas los católicos, y sobre todo los líderes religiosos, saber de esa ciencia para apoyarse en ella? No es suficiente tener compasión por los pobres ydejar que sigan siendo pobres para que podamos seguir sintiendo compasión por ellos. Eso no es solución. No son los que denuncian las condiciones de los pobres los que entrarán al reino de los cielos, sino los que realmente intenten ayudarlos a superar esa condición. Es decir, las que ayuden a conducirlos por el camino de la riqueza y la prosperidad. ¿Cómo se puede lograr eso? Por medio del desarrollo económico y para ello se requiere una estrategia económica que sea factible en el mundo de la realidad.

Ya se ha descubierto que es en las regiones en donde la economía está en control del Estado, o de los grupos que controlan al Estado, como es el caso del sistema patrimonialista, en donde no hay oportunidades para que progresen los pobres. Ahí no hay libertad de entrar al mercado y los grupos de poder se protegen de la competencia. Ahí no se aprovecha el poder emprendedor de los pobres, entre quienes hay ingenio económico, pues no tienen acceso al capital ni pueden formar empresas con facilidad. Esa es la situación de la mayor parte de América Latina.

Dr. MICHAEL NOVAK,

Guatemala, 1993