Año: 40, Septiembre 1998 No. 845

N.D.: El Doctor Mark Skousen es profesor de economía en la universidad Rollins College en Florida. Escribe una columna para la revista Forbes y The Freeman. Edita "Forecasts & Strategies", que es una publicación con recomendaciones sobre inversiones. Es autor del libro "La economía en tela de juicio" en el que examina los principales libros de texto de economía. ¿Qué queda del marxismo? Fue publicado originalmente en la revista The Freeman, de la Fundación para la Educación Económica, en agosto de 1998.

¿Qué queda del marxismo?

Por Mark Skousen

"El mundo descrito por Marx y Engels en 1848, en pasajes de oscura y lacónica elocuencia, puede reconocerse en el mundo en que vivimos 150 años después".

Eric Hobsbawm

El comunismo como movimiento político puede estar muerto, pero el marxismo como movimiento intelectual continúa vivo. Este año marca el 150 aniversario de la publicación del profundamente polémico Manifiesto del Partido Comunista de Karl Marx y Federico Engels. La fecha se le pudo pasar por alto a los seguidores del mercado libre, pero el pamfleto de 1948 esta siendo reexaminado y celebrado por intelectuales radicales de todas partes. Una "moderna" versión maquillada acaba de ser publicada, con una introducción escrita por el historiador Eric Hobsbawm, a quien presuntamente le gustaría encender nuevamente las agonizantes llamas del dogma marxista.

Gary North tiene su teoría de los "libros gruesos": todos los trabajos revolucionarios son tomos de proporciones bíblicas. La riqueza de las naciones de Adam Smith, La Acción Humana de Ludwig von Mises y Atlas Shrugged de Ayn Rand vienen a la memoria. Marx escribió un trabajo de tres volúmenes, El Capital. Pero también existen unas cuantas declaraciones, pamfletos y libros pequeños que han cambiado al mundo. La "Declaración de Independencia" de Tomás Jefferson, Sentido Común de Tom Payne y los Cuatro Evangelios del Nuevo Testamento son buenos ejemplos.

El Manifiesto Comunistaencaja en esta segunda categoría. Al releerlo, no pude evitar sentir la fuerza apasionada, el estilo punzante, y la sencillez asombrosa de las palabras de Marx y Engels. Puedo ver fácilmente cómo un joven revolucionario puede ser ganado por estas líneas inolvidables: "Un fantasma recorre Europa –el fantasma del comunismo… La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases… Las clases dominantes pueden temblar ante una revolución comunista. Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen en cambio, un mundo que ganar. ¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS!

Recuerdo haber sentido emociones similares cuando leí ¿Qué ha hecho el gobierno con nuestro dinero? (What has Government Done to Our Money?, Mises Institute, 1990) de Murray N. Rothbard, publicado inicialmente en 1963. Ese libro cambiará para siempre su visión del dinero y la economía. Y su penetrante ensayo, "La gran sociedad: una crítica liberal", cambiará para siempre su perspectiva del gobierno. Rothbard es la respuesta del mercado libre a Marx.

Fracaso del mercado versus fracaso del gobierno

Pero la atracción de El Manifiesto Comunista es ideológica tanto como emocional. Cómo puede alguien no ser movido –favorable o desfavorablemente- por esta apreciación

críticadel capitalismo "burgués": "La burguesía … no deja subsistir otro vínculo entre los hombres que el frío interés, el cruel ‘pago al contado. Ha ahogado el sagrado éxtasis del fervor religioso, el entusiasmo caballeresco, y el sentimentalismo del pequeño burgués en las aguas heladas del cálculo egoísta. Ha hecho de la dignidad personal un simple valor de cambio. Ha sustituido las numerosas libertades escrituradas y bien adquiridas por la única y desalmada libertad de comercio. En una palabra, en lugar de la explotación velada por ilusiones religiosas y políticas, ha establecido una explotación abierta, descarada, directa y brutal".

El comunismo como movimiento político puede estar muerto, pero el marxismo como movimiento intelectual continúa vivo.

Puede que gobernantes marxistas ya no controlen las vidas políticas y económicas de millones de personas, pero su ideología de explotación, enajenación y lucha de clases todavía deambula el mundo académico de facultades de derecho, departamentos de sociología y clases de teoría literaria. De acuerdo a Hobsbawm, el discernimiento de Marx sobre el capitalismo es relevante hoy en día. Hobsbawm imagina el capitalismo como un "sistema mundial capaz de dirigir la producción en una escala global; su impacto devastador en todos los aspectos de la existencia humana, el trabajo, la familia y la distribución de riqueza; y el entendimiento de que, lejos de ser un sistema estable e inmutable, es, por el contrario, susceptible de enormes convulsiones y crisis, y contiene la semilla de su propia destrucción". ¡Y yo que creía que los austríacos eran fatalistas!

Los marxistas de ayer son los social-demócratas de hoy. M.E. Sharpe, editor de la revista Challenge, reconoce los errores de los seguidores de Marx y Engels, tales como no considerar la vasta mejoría en los estándares de vida y en los salarios reales de "la clase trabajadora" durante el siglo veinte, pero todavía admite como verdadero el tema principal de Marx, "la celebrada caracterización del capitalismo de mediados de siglo como un sistema de producción enormemente expansivo pero inestable".

...pero su ideología de explotación, enajenación y lucha de clases todavía deambula el mundo academico

Pero los seguidores modernos de Marx se enfocan demasiado en los supuestos fracasos del mercado. Hoy en día, los mejores y más brillantes economistas están investigando los problemas de la sociedad desde el punto de vista de "fracasos del gobierno" –educación pública, bienestar corporativo, manipulación monetaria, controles de precios e intervencionismo estatal.

El Marx decadente

Afortunadamente, la influencia marxista entre los economistas académicos aparenta estar menguando. Estuvo en su auge durante la turbulenta década de los 70s, cuando Paul Samuelson observaba en la décima edición de su célebre libro de texto de economía (1976) que "por lo menos un décimo de los economistas estadounidenses" estaban entre la categoría de "radicales". El libro de texto radical de E.K. Hunt, Economía: Una introducción a las visiones tradicionales y radicales, fue publicado por última vez en 1990 y ya no se imprime. Hoy en día puede que todavía existan semilleros de marxismo en algunas pocas universidades de Massachusetts y California –y extrañamente en Utah- pero en las principales, el marxismo ha perdido su mística. El Sindicato de Economistas Políticos Radicales todavía reúne a los creyentes durante las reuniones anuales de la Asociación Económica Americana, pero la asistencia es baja.

Críticos de Marx

Han habido algunas críticas excelentes de Marx. El economista austríaco Eugen Böhm-Bawerk fue el primero en ofrecer un ataque devastador a la teoría marxista de la explotación y el valor excedente, de la que los marxistas nunca realmente se recuperaron. Böhm-Bawerk demostró que los empresarios-capitalistas toman riesgos más altos que los asalariados, lo que justifica la disparidad de ingresos. Por extraño que parezca, el libro de Böhm-Bawerk, Karl Marx y el Cierre de su Sistema (Orion Editions, 1984), es publicado por marxistas, con refutaciones escritas por Rudolf Hilferding y Paul M Sweezy. Más recientemente, el libro de David Conway, Una despedida a Marx (Penguin Books, 1987) ha recibido muchos elogios por sus hábiles críticas. La mejor biografía del padre del comunismo continúa siendo, por mucho, Marx de Robert Payne (Simon & Schuster, 1968). Ahora que El Manifiesto Comunista está nuevamente en la imprenta, quizá sea hora de publicar también el libro de Payne.