Año: 42, Mayo 2000 No. 867

La Ley de la Oferta y la Demanda

Israel Kirzner

La teoría de la oferta y la demanda es reconocida casi universalmente como el primer paso hacia el entendimiento de la forma en la que se determinan los precios y la forma en la que estos precios ayudan a desarrollar la toma de decisiones respecto a la producción y el consumolas decisiones que forman no sólo el esqueleto. sino también la carne y la sangre del sistema económico La economía austriaca está completamente de acuerdo con esto. Sin embargo, cuando excavamos sólo un poquito por debajo de la superficie de la ley de la oferta y la demanda, encontramos dificultades que han llevado a los austriacos, directa o indirectamente, a explicar la determinación de los precios de una manera diferente a aquella en la que a menudo, al menos implícitamente, se presenta. Trataré de explicar el sentido en el que los austriacos están en desacuerdo con las presentaciones de libro de texto de la oferta y la demanday sin embargo están en total acuerdo con el énfasis general en la oferta y la demanda como la llave al entendimiento económico

La Proposición Básica

La observación básica subyacente a la ley de la oferta y la demanda es que en cualquier momento determinado un precio muy alto dejará decepcionados y con bienes sin vender a los potenciales vendedores, mientras que un precio muy bajo dejará decepcionados y sin los bienes que desean comprar a los potenciales compradores Existe un precio correcto al que todos aquellos que desean comprar pueden encontrar vendedores dispuestos a vender y todos aquellos que desean vender pueden encontrar compradores dispuestos a comprar. Este precio correcto por consiguiente es llamado a menudo precio de equilibrio

La teoría de la oferta y la demanda gira alrededor de la proposición de que un mercado libre y competitivo de hecho genera con éxito una tendencia hacia el precio de equilibrio. Esta proposición es vista a menudo como la implicación de (y la premisa para) la famosa mano invisible de Adam Smith. Sin ningún control administrativo consciente, un mercado genera espontáneamente una tendencia hacia la armonización de las decisiones independientes de los compradores y los vendedores para garantizar que cada una de estas decisiones encaje con las de otros participantes del mercado. Si esta tendencia se llevara al límite, ningún comprador (vendedor) perdería tiempo tratando de comprar (vender) a un precio menor (mayor) que el de mercado Ningún comprador pagaría (recibiría) un precio mayor (menor) que el necesario para obtener el acuerdo de su compañero de intercambio Hasta el punto en el que esta proposición es válida, los mercados competitivos libres logran lo que F.A. Hayek ha llamado justificadamente una maravilla. Pero es respecto a la validez de esa proposición (y en particular a nuestras razones para estar convencidos de que esta proposición es tanto válida como relevante) que los austriacos difieren profundamente de la tendencia económica dominante en los libros de texto Y es precisamente por la centralidad universalmente reconocida para toda la economía de la proposición de la oferta y la demanda que este desacuerdo es importante

El papel del conocimiento

El enfoque común de los libros de texto sobre esta proposición está basado, de una forma u otra, implícita o explícitamente, en la suposición de que existe el conocimiento perfecto El enfoque austriaco no hace de la suposición del conocimiento perfecto la base de su proposición, justo al contrario los austriacos basan su proposición precisamente en la observación de que su validez descansa en los procesos de mercado puestos en marcha por las inevitables imperfecciones del conocimiento que caracterizan a la interacción humana en sociedad

En algunos aspectos la visión común no es irracional En muchos contextos por lo general damos por hecho que los seres humanos están conscientes de las oportunidades disponibles Cuando los economistas creen, por ejemplo, que un incremento en el precio disminuirá la cantidad que los compradores desearán comprar, y que una disminución en el precio estimulará las ventas, esta creencia se basa en la suposición razonable de que dichos aumentos o disminuciones en los precios serán conocidos por los consumidores lo suficientemente rápido como para hacer una diferencia

La perspectiva común toma esta suposición razonable y la lleva inexorablemente a su conclusión lógicapero ya no tan razonable Esta conclusión es que en cualquier mercado libre, el precio de equilibrio se establece instantáneamente (o por lo menos muy rápido). Si cada participante del mercado sabe lo que cada uno de los otros participantes está dispuesto a hacer (incluyendo, especialmente, la cantidad que está dispuesto a comprar o vender a cualquier precio determinado), se sigue que cualquier precio mayor que el de equilibrio no puede surgir (dado que los potenciales vendedores se darían cuenta de que se quedarían con bienes sin vender). Se sigue, de forma similar, que cualquier precio más bajo que el de equilibrio no podría surgir (pues los compradores potenciales se percatarían de que se quedarían sin los bienes que desean comprar y por los cuales están dispuestos a pagar un mayor precio si fuera necesario) La proposición que dice que los precios de mercado libre son como tal los de equilibrio surge inevitablemente de la creencia en que los precios de mercado son, efectivamente, conocidos al instante por todos los participantes potenciales del mercado.

La suposición peligrosa

La suposición de que todos los participantes del mercado están siempre bien enterados de la totalidad de oportunidades de mercado en las que podrían estar interesados a menudo se presenta, en lasexposiciones comunes de los libros de texto, como parte de la suposición de la llamada competencia perfecta. La competencia perfecta supone explícitamente la omnisciencia universal del mercado. Una forma de expresar el descontento austriaco con la perspectiva común de los libros de texto es señalar que comenzar el análisis de la oferta y la demanda suponiendo que la competencia es perfecta (en el sentido de los libros de texto) no sólo significa ser exageradamente

El enfoque astríaco no hace de la suposición del conocimiento perfecto la base de su proposición...

(y por ende inútilmente) optimista también significa quitarle al análisis cualquier contenido económico relevante ya que los principales resultados que se pretende demostrar resultan ser simples enunciados que repiten la premisa predominante en un lenguaje ligeramente distinto.

Demostrar que el juego de la oferta y la demanda en un mercado libre genera una fuerte tendencia hacia el precio de equilibrio significa superar un gran desafío analítico Demostrar que en un mercado perfectamente competitivo el único precio posible es el precio de equilibrio es identificar de manera trivial algo que ya se ha establecido en la suposición original. Revelar las propiedades matemáticamente implícitas de una definición puede, por supuesto, ser una contribución (matemática) importante Pero demostrar la consecución en mercados libres del precio de equilibrio restringiendo la atención analítica a la situación en la que este precio es el único que puede ser concebible, es, como asunto de análisis económico, un triunfo ciertamente vacío

Esta dificultad que encuentran los austriacos con las discusiones de libro de texto de la oferta y la demanda puede presentarse de formas un poco distintas. La tradicional demostración de pizarrón de aula de clases de esta ley procede dibujando el clásico diagrama de oferta y demandauna curva de demanda descendente que se interseca con una curva de oferta ascendente. (Para el objetivo que nos ocupa nos olvidaremos de los detalles que rodean la construcción del diagrama éste último es conocido por los muchos estudiantes que han recibido alguna clase básica de economía). El grueso del análisis de aula de clases consiste por lo general en discusiones que demuestran, primero, que cualquier precio de mercado que sea mayor al que indica la intersección de ambas curvas (esto es, un precio mayor al precio de equilibrio), deberá tender a producir presión competitiva hacia un descenso en el precio (ya que el precio alto generará un superávit de productos sin vender), y segundo, que cualquier precio de mercado más bajo que el indicado por el punto de intersección producirá una presión competitiva hacia un aumento en el precio (ya que el precio bajo generará un escasez de bienes a la venta, en relación a las cantidades que los compradores potenciales estarían dispuestos a adquirir).

Los austriacos no están en serio desacuerdo con estas discusiones per se, simplemente señalan que las mismas son totalmente inconsistentes con la premisa de la competencia perfecta (la cual el análisis de los libros de texto toma como su premisa operativa). Un poco de análisis cuidadoso de la premisa de la competencia perfecta (este análisis lamentablemente no puede incluirse en este espacio) es suficiente para demostrar que bajo la competencia perfecta de hecho no pueden existir dos curvas (la curva de la demanda en intersección con la curva de la oferta). Bajo la competencia perfecta el diagrama de la oferta y la demanda se reduce instantáneamente a un punto únicoel punto en el que las dos curvas se hubieran intersecado (¡sí estas hubieran existido!). Esto es así porque cualquier punto en una curva de oferta o en una curva de demanda que no es un punto de intersección puede tener una existencia analítica sólo al suspenderse una o todas las condiciones que definen el estado de la competencia perfecta El diagrama (¡aún y siendo en efecto valioso!) simplemente no es congruente con las condiciones presupuestas bajo las que se presume que opera.

La riqueza es hija del trabajo, del capital y de la tierra; y como estas fuerzas, consideradas como instrumentos de producción, no son más que facultades que el hombre pone en ejercicio para crear los medios de satisfacer las necesidades de su naturaleza, la riqueza es obra del hombre, impuesta por el instinto de si conservación y mejora, y obtenida por las facultades de que se halla dotado para llenar su destino en el mundo.

Juan Bautista Alberdi