Año XLIV  Febrero del 2003 No. 900

Mike Lynch es asistente editorial y Nick Gillespie jefe editorial en la revista Reason. Ambos entrevistaron a Vernon L. Smith en su oficina en George Mason University y en un restaurante cercano a fines de mayo de 2002. Esto es una reproducción de esta entrevista publicada en la edición de Diciembre del 2002 de la Revista Reason y en la Revista Mercado Libre de Atlas del Sud. Copyright 2002 por Reason Foundation, 3415 S. Sepulveda Blvd., Suite 400, Los Angeles, CA 90034. www.reason.com

El Economista Experimental
Entrevista a Vernon. L Smith, Premio Nobel de Economía 2002

Por: Mike Lynch y Nick Gillespie

Cuando la revista Reason entrevistó al economista de George Mason University, Vernon L. Smith allá por mayo de 2002, una de las primeras preguntas que le hicieron los periodistas fue, "siempre se lo menciona como muy cercano a recibir el Premio Nobel de Economía. ¿Qué piensa al respecto?". Smith, de 75 años de edad, fundador de la economía experimental, respondió con una fuerte carcajada: "Es lindo, pero siempre que escucho eso pregunto lo mismo, ´¿Algunos de los que dicen eso tienen voto en el comité?`" Resultó ser que lo tenían. El pasado 9 de octubre, la Real Academia de Ciencias sueca le otorgó a Smith el Nobel "por haber establecido a los experimentos de laboratorio como una herramienta en análisis económico empírico, especialmente en el estudio de mecanismos alternativos de mercado."

¿Qué hacen los economistas experimentales? "Tomamos proposiciones de la teoría económica y la probamos con gente real en situaciones controladas," explica Smith, quien también es un investigador del Interdisciplinary Center for Economic Science e integra el Mercatus Center, ambos afiliados a George Mason. "Tomemos la idea de que existe la tendencia en los mercados de lograr niveles de precios en los que está claro que los compradores y vendedores están de acuerdo no queda nada de dinero en la mesa. Haré experimentos en los cuales motivo a los compradores a comprar barato y a los vendedores a vender caro". Smith ayuda a mantener a seres humanos reales en el centro de una disciplina conocida por transformar carne y hueso en ecuaciones teóricas impersonales.

"Estamos menos interesados en lo que piensa la gente que en lo que realmente hace en situaciones específicas," dice Smith. "Lo que no está muy explícito en gran parte de la economía es qué reglas comerciales hay y cómo afectan a los resultados. La economía experimental se pregunta cómo estas reglas influencian la performance del mercado".

Durante los últimos 50 años, Smith ha dirigido miles de experimentos, con todos, desde chicos en edad escolar hasta empresarios magnates y empleados del Congreso. También ha sido fundamental en el desarrollo de políticas que generan verdaderos mercados donde nunca existieron, como la venta del fluido eléctrico.

Smith descubrió que incluso cuando la gente no tiene una idea clara de cómo o por qué funcionan los mercados, de todas maneras tienden a ser tanto desconfiados como sorprendentemente generosos. "Creo que nacemos siendo comerciantes," dice. "Somos animales sociales, muy dentro del intercambio social. Esta propensión de los seres humanos es seguramente lo que los llevó en última instancia al comercio y a los mercados que producen riqueza. Los beneficios del intercambio de mercado son fáciles de ver en las interacciones personales, donde usted hace algo por mí y yo hago algo por usted. Allá afuera en los ´mercados`, sin embargo, no siempre está claro. Si el precio sube, las compañías petroleras ganan más dinero y yo tengo menos. Esa es la percepción de la persona promedio y de su experiencia. La economía experimental ayuda a poner una cara humana a los mercados".

La odisea profesional de Smith comenzó en Caltech, donde estudio ingeniería eléctrica antes de obtener un master en economía de la Universidad de Kansas en 1952 y un Ph.D. en Harvard en 1955. Antes de ingresar como facultativo de George Mason en 2001, enseñó en la Universidad de Arizona, Purdue, Brown y en la Universidad de Massachussets. En su camino a obtener el Nobel, presidió la Public Choice Society y la Economic Science Society, recibió un sinnúmero de premios, y publicó mucho (Cambridge University Press publicó dos volúmenes con sus estudios en economía experimental).

El trayecto ideológico de Smith no ha sido nada estrecho. Comenzó como un socialista empedernido que creía que la buena sociedad era aquella en la que algunas personas inteligentes hacían la mayoría de las decisiones sociales, económicas y políticas. Con el paso de los años, gravitó hacia una posición liberal que sostiene que los individuos deberían ser tan libres como sea posible para hacer sus propias vidas. "Sea que hablemos de política o economía, o incluso de interacción social- dice Smith- los mejores sistemas maximizan la libertad individual, sujeta a la coacción de otros en el sistema".

Reason: La economía experimental destaca la importancia de las instituciones- reglas y regulaciones de mercado y sistemas de intercambio. Sin embargo generalmente la gente habla del "libre" mercado y de los derechos de propiedad como si existieran naturalmente como una montaña o un lago. Su trabajo sugiere que estas reglas son creadas para personas específicas en situaciones específicas.

Vernon Smith: Creo que muchas de las convenciones de mercado y los derechos de propiedad provienen de normas que emergen de la interacción de las personas. Muchas veces el estado llega después y las codifica.

El libro de Robert Ellickson, Order without Law (Orden sin ley, 1991) lo muestra. Fue y observó qué es la ley de cercado en el condado de Shasta, en California. La ley establece claramente que uno es responsable del daño que hace su ganado, por lo tanto uno tiene un incentivo para construir cercas. Pero esa no es precisamente la manera en la que funciona. La realidad es que la gente comparte las cercas. Si usted es una persona conocida en la comunidad como descuidada, como alguien que no mantiene sus cercas y cuyo ganado se la pasa escapando, sus vecinos serán mucho más duros con usted que si se trata de un error inédito. La mayoría de estas disputas ni siquiera van a la corte. Hay presión sobre cada uno por pagar y acordar fuera de los tribunales a un nivel más caro.

Es interesante porque la gente elabora sistemas de intercambio que no necesariamente se relacionan con la ley formal. Si lee al economista Friedrich A. Hayek, usted sabrá que los primeros legisladores no eran personas que hacían leyes. Simplemente escribían las prácticas existentes. Esto es lo que la gente está haciendo en el condado de Shasta. Es "ley descubierta". La "ley escrita" llega más tarde.

Por supuesto, no todas las transacciones son locales o cara a cara. Por eso se necesitan más mercados formales y derechos de propiedad. ¿Qué dice la antigua frase? "Todo para el amigo, nada para el enemigo, y la ley para los extraños." Los derechos de propiedad y los mercados ayudan a extender los beneficios del comercio a extraños asegurando el pago y la entrega.

Reason: La gente es más propensa a engañar a gente que vive lejos.

Smith: Definitivamente. Pero incluso en ese caso, quizás no tanto como pensábamos al principio. Lo impresionante de los mercados de Internet no es que la gente no entrega o no paga, sino que eso es muy poco común. Prácticamente no hay forma de forzar a mucha de la actividad económica. Lo sorprendente de esto es cuánto de lo que sucede se basa en la confianza.

Reason: ¿Cuáles son los objetivos políticos de la economía experimental?

Smith: Sabemos que los mercados son eficientes. Nos gustaría ver si podemos inventar mecanismos de mercado que puedan ser aplicados donde nunca habían sido utilizados anteriormente. En el sistema eléctrico, por ejemplo, o en aterrizajes y despegues en aeropuertos.

Mis colegas y yo desarrollamos técnicas para diseñar mecanismos de mercado que deberían funcionar en el mundo real. Pero no confiamos en nosotros mismos sin hacer experimentos. Los experimentos son los medios por los cuales probamos nuestro conocimiento. Siempre aprendemos cosas y terminamos haciendo cambios a nuestras instituciones modelo, nuestras reglas, y nuestros resultados.

El paso siguiente es traer a la gente que realmente utilizará el sistema. Se ponen elementos diseñados, y luego hacemos los experimentos con ellos. Cuando están cómodos, salimos al mundo con eso.

Aquí va un ejemplo que tiene que ver con la electricidad. Digamos que usted está creando un mercado mayorista de electricidad. Tiene compradores y vendedores de electricidad en diferentes nodos en una red de fluido eléctrico. Gente puesta en lugares específicos preguntan por precios para vender electricidad; tienen que estar en un lugar específico porque las redes de electricidad pierden poder, y dependiendo de dónde se esté en la red, sus costos serán diferentes Si usted es un comprador mayorista, entonces se pone en una lista de oferta en la que usted está dispuesto a pagar para que la electricidad sea entregada en su nodo. Estos son mercados asistidos por computadoras. Una computadora básicamente toma todos los pedidos, todas las listas, y todos los costos de locación y maximiza los beneficios del intercambio. Lo hace buscando precios que limpian al mercado para que no quede dinero sobre la mesa.

Hicimos experimentos para este tipo de sistema en Australia en 1993 y luego en 1996. Hicimos experimentos y realizamos un seminario diario por dos semanas, y los participantes resultaron verdaderamente buenos. Australia terminó desregulando su industria eléctrica, y creo que hicieron un muy buen trabajo.

Lo interesante es que aún no está todo privatizado -varía de estado en estado. Victoria, por ejemplo, tomó todos sus recursos de generación y los vendió a la industria privada. En New South Wales, aún siguen en manos de entidades públicas. Pero lo importante es que todos los proveedores de electricidad tuvieron que poner su dinero en el mercado. Y toda la nueva capacidad es completamente privada en Australia.

Reason: ¿Entonces la economía experimental puede ser utilizada para mostrar a los reguladores e industriales cómo un mercado de precios reales podría y debería funcionar?

Smith: Es una herramienta. En 1995 la Progress y Freedom Foundation auspició una serie de talleres en la Universidad de Arizona, donde yo me encontraba. Trajimos a 25 ejecutivos que estaban en altos niveles dentro de sus organizaciones: Florida Power, Duke, Ohio Edison, Mohawk, Pacific Gas & Electric, Southern California Edison, y otras.

Participaron en experimentos, y pudieron ver y experimentar qué era hacer un verdadero mercado eléctrico. Una de las cosas que enfatizamos fue la importancia de la puja por el lado de la demanda, donde los mayoristas son capaces de interrumpir el flujo eléctrico a algunos de sus consumidores para intentar mantener sus precios bajos. Teníamos un cliente en Ohio que se tomó la puja de la demanda muy seriamente. En realidad, están logrando que sus clientes ahorren dinero accediendo a pasar por cortes eléctricos voluntarios en ciertas circunstancias. Hay artefactos que les permiten ver a los usuarios qué aparatos quieren seguir utilizando en diferentes niveles de precios. Los clientes pueden decidir, "Si el precio sube por encima de cierta cifra, corta los artefactos de baja prioridad- aires acondicionados, calentadores de agua, etc". Si lo hacen aunque sea sólo 15 minutos por hora, realmente pueden cortar los picos de demanda.

El mayor problema en el fluido eléctrico es que prácticamente no hay capacidad de interrumpir la demanda de manera selectiva bajo el nivel de subestación. Si usted está en un ascensor, dejó la luz prendida de la entrada de su casa durante el día, si usted tiene una tostadora funcionando- tienen la misma prioridad en términos de recibir electricidad en el sistema actual. No hay forma de elegir cuáles cortar durante oleadas de demanda, picos de precio, y la oferta se ajusta.

Tanto las utilidades gubernamentales como las basadas en inversores tienen este fuerte perjuicio de oferta: proveen el fluido eléctrico que la gente quiere todo el tiempo a un precio determinado y constante. La realidad es que el costo de producir y consumir electricidad fluctúa todo el tiempo debido a cambios en la oferta y la demanda y otras condiciones. Es como cualquier otra cosa, pero es difícil verlo sin un mercado visible.

Reason: Es bastante fácil ver cómo la gente respondería a fluctuaciones observables en los precios: voy a apagar mi fuente de agua a 25 centavos el kilowatt, pero dejaré que mi pulmón eléctrico siga funcionando a 100 dólares el kilowatt. Pero es más fácil decirlo que hacerlo para crear un mercado que funcione ¿no? La reestructuración chapuceada del sistema eléctrico de California lo demuestra. No sólo los proveedores de electricidad colaboraron para establecer las reglas de mercado, debían saber que quedarían liberados si lograban hacer creíble que no podían proveer electricidad en el precio "desregulado". El estado dice que los vendedores manipularon el mercado de muchas maneras.

Smith: Claro, van a intentar destruirlo. Por eso es importante tener el conjunto de reglas correcto en funcionamiento. Nadie sabe dónde va a aparecer la demanda exactamente, y los vendedores tienen interés en intentar que los precios sean lo más alto posible.

Pero el problema principal es la incapacidad para cortar la demanda. Estamos hablando de una industria en la cual la forma en la que piensan de su problema y la manera en que los reguladores piensan sobre el problema es que toda la demanda tiene que ser servida todo el tiempo. Nadie nunca debería quedarse sin luz, y un precio justo es un precio constante en el tiempo. Siempre se satisface toda la demanda. Bueno, eso es imposible. No se puede satisfacer la demanda todo el tiempo. No se la puede satisfacer bajo tormentas. No se la puede satisfacer cuando la oferta escasea.

Una gran barrera para cambiar son los cables eléctricos locales, que son los monopolios de franquicias. Por cerca de 100 años, las compañías han venido atando la venta de energía junto con la de los cables. No hay razón por la cual un proveedor de cables tiene que ser el proveedor de la energía. ¿Recuerda cuando Ma Bell no lo dejaba conectar ningún teléfono salvo que lo produjera ella? Decían que tenían que proteger la "integridad" de la red: ¡no podemos dejar que cualquiera entre y conecte lo que quiera! Es tonto. ¿Por qué alguien produciría un teléfono que no fuera compatible con el sistema?

Eso ha cambiado para los proveedores de servicio telefónico, pero no para las compañías de la industria eléctrica. Ellos dicen, "¿Por qué deberíamos dar acceso a nuestros cables a otros proveedores de energía, especialmente unos que quieren poner un aparato de corte?"

Lo que necesitamos es un sistema en el que puedan ingresar emprendedores y competir y probar cosas diferentes, incluyendo el sistema de corte de demanda. Algunos perderán dinero e irán a la quiebra. Algunos harán un gran negocio. Eso está sucediendo con los teléfonos, y no está sucediendo con la energía eléctrica. No sucederá hasta que esas barreras sean quitadas.

Reason: ¿En qué otras áreas está trabajando la economía experimental?

Smith: También estamos trabajando para crear un mercado de intercambio de pistas de aterrizaje y despegue en los aeropuertos. En circunstancias normales, esos derechos han sido completamente asignados entre las compañías aéreas en determinado aeropuerto. Pero digamos que un frente de tormentas aparece, por lo cual hay que retrasar los aterrizajes. Se han venido realizando quizás 60 aterrizajes y despegues por hora, pero ahora hay que reducirlos a 30. Los aeropuertos suelen simplemente estirar el cronograma, lo cual lleva a cancelaciones y otros problemas. Lo que se necesita es un mecanismo de mercado para que los vuelos que tienen mayor prioridad puedan salir. ¿Cuál sería una mayor prioridad? Los aviones más grandes, probablemente, pero también los aviones llenos y aviones con muchos pasajeros que tengan que realizar conexiones.

Supongamos que estamos hablando de aviones que parten del aeropuerto de La Guardia en Nueva York. Si un avión está yendo hacia Los Angeles, probablemente sea el destino final para muchos pasajeros. Los aviones que van a Chicago o Dallas probablemente tengan muchos pasajeros que tienen que hacer conexiones. Quizás esos vuelos deberían tener una mayor prioridad de despegue ante el mal clima. En cualquier caso, se necesita un mecanismo de mercado en el cual las aerolíneas puedan compensarse entre sí -y a sus pasajeros- para cancelar sus vuelos y negociar horarios de despegue.

Ese sistema no existe hoy en día. Primero, las aerolíneas tienen que convencerse que ese es el camino a seguir. Luego la Administración Federal de Aviación tiene que cooperar. Y hasta se necesita que el Congreso lo apruebe, dado que brindó la distribución original de espacios. El peligro es que el Congreso dirá, "Esperen un minuto, no nos gusta esto porque están comprando y vendiendo estos espacios. Se los dimos a ustedes, y ahora están haciendo dinero en su reventa".

Otra área de la economía experimental tiene que ver con la NASA. Trabajamos en la misión Cassini [que en 1997 envió 800 libras de instrumentos científicos en una pequeña nave espacial a Saturno para realizar experimentos]. Utilizamos un sistema de intercambio para asignar los recursos que tenía que utilizar cada experimento por separado a bordo.

Cada experimento utilizó tres elementos básicos: energía, masa, y volumen. La ideal era encontrar el uso más eficiente para estos tres recursos. Asignamos una cantidad establecida para cada recurso. Los participantes recibieron monedas que esencialmente eran dinero que podían intercambiarse entre sí. Cuando comenzó la puja, el precio de la masa comenzó muy arriba en relación al volumen y la energía. Luego la gente comenzó a conservarla y, finalmente, colapsó. ¡El precio de la masa colapsó!

Esa fue la primera misión espacial que se realizó sin un alto costo. Pero nunca volvieron a realizar ese tipo de asignación de mercado. ¿Por qué? Porque hay mucha gente que quiere las cosas tal como están. Pueden utilizar el sistema actual y no se preocupan por los deshechos. La estación espacial de la NASA está ahora 5.000 millones de dólares por encima de su presupuesto. Nosotros propusimos vender el suficiente espacio en esa estación como para ganar 5.000 millones de dólares. No sé si hay un mercado para eso pero, ¿por qué no probar?

Nos reunimos con alguien en la Casa Blanca y había alguien interesado en eso, pero se necesita a un emprendedor político para cambiar este tipo de cosas, y eso es muy arriesgado. Si no funciona, será el culpable de todo. Si funciona, entonces todos dirán que estaban detrás de esto.

Reason: Comenzó su vida como un socialista pero ahora se dice a sí mismo libertario. ¿A qué se refiere con eso?

Smith: Para mí, el libertarianismo está atado a cierto conjunto de reconocimientos: que todas las organizaciones tienen el problema de la información descentralizada, que los mecanismos descentralizados son la mejor manera de organizar esa información para producir buenos resultados, y que los mejores resultados aparecen cuando la persona es libre de obtener sus propios resultados a medida que recopila información. Eso es verdad sea que hablemos de política o economía o interacción social. Los mejores sistemas maximizan la libertad individual, sujeta a la coacción de otros en el sistema.

Nací y crecí en Wichita, Kansas. Mis padres eran socialistas y nuestros amigos eran socialistas. Apoyábamos al Partido Socialista. El primer voto de mi madre cuando tuvo 21 años fue para Eugene V. Debs, cuando estaba en prisión por oponerse a la Primera Guerra Mundial. El padre de mi madre era ingeniero de la Missouri Pacific Railroad. Era un gran admirador de Debs, que había organizado a los trabajadores ferroviarios. Mi madre fue candidata a tesorera estatal del Partido Socialista en Kansas más veces de las que puedo contar. Mi primer voto fue para [el socialista] Norman Thomas en 1948, cuando tenía 21 años. Los dos votos con los que me sentí confiado en dar fueron para Norman Thomas en 1948 y para [el candidato del Partido Libertario] Ed Clark en 1980.

Reason: ¿Qué sucedió en el medio?

Smith: Mis tendencias socialistas comenzaban a esfumarse a medida que aprendía más de economía, primero en la Universidad de Kansas y luego en Harvard. Luego comencé a dar clases en Purdue en 1955 y comencé a hacer experimentos en 1956. Eso realmente cambio completamente mi manera de ver a los mercados.

En Harvard había recibido clases de Ed Chamberlain, el autor de The theory of monopolistic competition (La teoría de la competencia monopólica). Tenía una pequeña demostración de clase que hacía el primer día. Estaba hecha para demostrar que la competencia no podía funcionar en realidad.

En el otoño de 1955, enseñaba principios de economía en Purdue. Un día me desperté y me puse a pensar en el experimento de Ed Chamberlain. Si querías demostrar que los mercados no funcionaban, pensé, había que darles una chance más justa que la de él. Pensé que descubriría cómo comerciaban en la bolsa de Nueva York, porque si existe un mercado competitivo en algún lugar, tenía que ser ése. Conseguí un libro sobre el mercado de valores que contenía todos los detalles de cómo funcionaba el intercambio.

En la primavera siguiente, conduje mi primer experimento, que duró cerca de seis minutos. No ofrecí ningún resultado real. Sólo le dije a los estudiantes que pensaran que cada uno estaba haciendo dinero- la diferencia entre el valor y el precio si se es un comprador y la diferencia entre precio y costo si se es un vendedor. Convergió en un equilibrio competitivo. Lo repetí y sucedió lo mismo.

Pensé que tenía que haber algo malo con el experimento. ¿Cómo puede ser? No hay información completa, y en ese momento sabíamos que se necesitaba eso para un mercado eficiente. Cada semestre siguiente, haría experimentos con más y más estudiantes, y cambiaría algunos de los parámetros.

Cuando daba charlas fuera de Purdue acerca de lo que estaba tramando, vi que había un montón de gente que cuestionaba incluso si esto era economía. "¿Por qué alguien haría eso?" decían. Seguro que no se puede vivir de la economía experimental. Tenés que hacer el tipo de estudios que te harán famoso. Ahí aprendí algo importante. En economía todo estudio comienza con un estudio previo, no con un problema del mundo. Nadie cuestiona tu derecho de hacer algo si ya se hizo. Hice mi primer experimento en enero de 1956 y el primer estudio sobre él fue publicado en 1962.

En estos días, la economía experimental se está imponiendo como un subcampo de alcance internacional. Incluso en Harvard y Yale hay algunas personas realizándola. Se han subido a bordo muy tarde, por supuesto. Si está en Harvard y Yale, uno empieza a preguntarse si no es momento de salirse, si no está terminado.